La formación Hell Creek (o Arroyo del Infierno), una división geológica plagada de fósiles y elementos del Cretácico Superior, ha sido el escenario del descubrimiento del mayor fósil jamás descubierto de un Tiranosaurio Rex (Tyrannosaurus rex).
El hallazgo ha sido realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Washington (EE.UU.) junto con paleontólogos del Museo Murke de Historia Natural. Los expertos han identificado los restos de un tiranosaurio incluyendo un cráneo muy completo de unos 1.100 kilogramos de peso.
Este dinosaurio sería un 85% más grande que los ejemplares de T.rex hallados hasta la fecha
Tufts-Love Rex, como han denominado al T. rex en honor a los descubridores de los primeros restos (Jason Love y Luke Tufts) que resultaron ser finalmente los de un cráneo de un T. rex junto con costillas, vértebras, parte de la mandíbula y la pelvis de uno de los más grandes dinosaurios carnívoros que caminaban sobre la Tierra hace 66-68 millones de años, habría vivido al final del Cretácico, pues sus restos se han encontrado en la parte inferior de una colina.
Las evidencias fósiles apuntan a que este depredador de grandes mandíbulas y dientes de sierra se alimentó de otros dinosaurios como el Triceratops o el Edmontosaurus y que vivió en los valles de los ríos forestales en el oeste de América del Norte durante el período cretácico tardío.
El cráneo en cuestión mide 1,20 metros y pesa más de una tonelada, por lo que los paleontólogos creen que este dinosaurio debe ser alrededor de un 85% más grande que el T.rex encontrado hasta la fecha. Por poner un ejemplo, hasta las caderas, este T.rex habría sido tan alto y tan largo como un autobús urbano. Además, los investigadores calculan que el dinosaurio contaba con unos 15 años de edad cuando murió (los adultos tenían un promedio de vida de hasta 25-30 años).
“Después de haber visto la el “Tufts-Love Rex” durante su excavación puedo atestiguar el hecho de que es sin duda uno de los ejemplares más significativos descubiertos y debido a su tamaño, es seguro que nos proporcionará información importante sobre el crecimiento y hábitos de alimentación de estos magníficos animales”, explica Jack Horner, actual investigador asociado del Burke Museum.