Siempre circularon algunos mitos sobre cómo se preparan las hamburguesas de los fast food, pero un nuevo estudio revela que lo que temíamos puede no estar tan alejado de la realidad.
El estudio incluyó el testeo de 258 muestras y fue llevado adelante por Clear Labs, una empresa estodounidense que se dedica al análisis genético de alimentos. Entre las muestras había hamburguesas de cadenas de comida rápida, congeladas de supermercado y hasta vegetarianas. ¿Los resultados? Los especialistas encontraron que el 13, 6 por ciento contenían algún ingrediente que no deberían.
Entre los errores más inocentes había una burger de carne vacuna que estaba hecha también con partes de cerdo (no tan inocente para quienes no comen chancho por motivos religiosos) o una vegetariana de porotos negros, en la que se habían “olvidado” de incluir…los porotos negros.
Pero hubo casos peores. En un 4,3 por ciento del material analizado había restos de ADN patógeno (sobre todo en las versiones veggies de hamburguesas). Y también ADN humano en una muestra y de ratas en tres: una correspondía a una hamburguesa de fast food, otra a una vegetariana y una última a una de supermercado.
El ADN humano se atribuye a pelo, piel o una uña que accidentalmente pudo haberse mezclado durante la elaboración del producto. Según el documento publicado por Clear Labs, aunque es desagradable, la presencia de ADN humano y de ratas en la carne “no es peligroso para la salud”. Y agrega: “Es prácticamente imposible cultivar, cosechar o procesor productos crudos que estén totalmente exentos de algún elemento peligroso, algún resto de origen natural o algún defecto evitable”.