En el ambiente lo llamaban “Pekerman”, aunque nada tiene que ver con el exDT de la Selección Argentina de fútbol. Fue justamente este apodo el que figuraba en muchos de los documentos de la organización de los hermanos Miguel, Alejandro y Raúl Paolantonio, que se dedicaban al contrabando: traían mercadería prohibida desde China.
“Pekerman” es en realidad el contador Eduardo Bernardi, que fuera jefe de la Aduana de Buenos Aires durante la gestión de Ricardo Echegaray al frente de la AFIP. Bernardi está vinculado al polémico exfuncionario K, actualmente suspendido como titular de la Auditoría por sus causas, a partir de una cautelar presentada por la diputada de Cambiemos Elisa Carrió.
En la investigación -a cargo del juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky- se sorprendieron cuando descubrieron la identidad de “Pekerman”. A partir de este hallazgo se hicieron una serie de allanamientos en la casa de Bernardi y de otros funcionarios del organismo que estarían implicados en las maniobras de contrabando, indica Clarín.
Uno de los operativos arrojó otro dato comprometedor contra el exdirector de la Aduana: en su casa encontraron casi medio millón de dólares en una bolsa plástica guardada en un armario. En el escritorio había documentos y permisos de embarques relacionados con varias de las empresas investigadas y papeles que hacían referencia a Las Cortaderas, una de las importadoras usadas por los Paolantonio.
El apodo “Pekerman” aparece también en planillas de Excel sobre la contabilidad de los hermanos investigados por contrabando. El curioso sobrenombre estaba en una columna a la que se le asignaban 1.500 dólares de gastos por cada contenedor sacado del puerto de Buenos Aires. También fiuguran montos más chicos que se habrían destinado a sobornar empleados de áreas específicas de la Aduana.
El avance en la causa podría generarle un nuevo dolor de cabeza a Echegaray, en la investigación de un grupo de sociedades que en los últimos años importaron miles de contenedores con telas, artefactos electrónicos y repuestos de origen chino. Todas actividades que se realizaron en pleno cepo a la entrada de mercadería del exterior, ordenado por el extitular de la AFIP. De ahí las sospechas.
TODA UNA VIDA EN LA ADUANA
Bernardi tiene 55 años e hizo carrera en la Aduana: entró a trabajar en 1979 y en 2006 Echegaray lo nombró
Director de la dependencia en Buenos Aires. Con este cargo se convirtió en el responsable de controlar los puertos y depósitos fiscales de todo el área metropolitana, incluido el aeropuerto internacional de Ezeiza. De bajo perfil, Bernardi perdió mucho poder con el cambio de Gobierno por decisión del nuevo titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión.
El exjefe de la Aduana ya había sido involucrado en un escándalo mucho antes, en los ’90: en ese momento fue mencionado por Enrique Piana, por la “Mafia del oro”. Piana reconoció que había pagado 50 mil dólares mensuales de coima a miembros de la Policía Aduanera para que le permitieran realizar exportaciones truchas de oro y luego cobrar los reembolsos. A pesar de estos antecedentes, Echegaray nombró en 2002 a Bernardi como jefe de control Aduanero de la Policía del organismo.