En un año, 275 menos: la mitad de las víctimas de femicidio tiene menos de 30 años y murió en su casa

Miles de personas volverán hoy a marchar en 80 ciudades de todo el país contra la violencia machista

Los femicidios son la consecuencia más extrema de la violencia machista. Por debajo está el maltrato cotidiano, el desprecio, el acoso, el abuso, la inequidad de tareas, de salarios. Llevará años y una comprometida política de Estado remover las raíces de la cultura patriarcal. Por eso el pedido se centra en lo urgente: ni una menos significa “no maten más a las mujeres”. Aún así, desde aquella masiva marcha del 3 de junio del año pasado hubo 275 femicidios, 275 mujeres menos.

Hoy se repetirá ese grito colectivo, porque se reclamaron muchas medidas y es poco lo que se ha hecho. Hoy, a diferencia de lo que sucedió hace exactamente un año, no habrá escenarios ni oradores. El acto es de todos. La gente tomará las calles en más de ochenta ciudades del país y esa presencia colectiva será el reclamo simbólico para terminar de destruir esa peligrosa idea de que la violencia es doméstica y allí se queda. En la Ciudad de Buenos Aires, la movilización tendrá su epicentro a las 17 en la Plaza de los Dos Congresos. Se espera, como en 2015, una concurrencia multitudinaria.

Ayer, desde el Observatorio de Femicidios en Argentina de La Asociación Civil La Casa del Encuentro se dio a conocer una nueva estadística hecha especialmente para contar cuántas mujeres menos hubo a pesar de los reclamos. Son 275. La mayoría (162) fueron asesinadas por sus parejas o ex. La mayoría también (141), asesinadas en sus propias casas. Muchas habían hecho denuncias luego de haber sufrido episodios de violencia y muchas, incluso, habían conseguido la exclusión de hogar y la prohibición de acercamiento para quienes terminarían siendo sus femicidas.

Cerca de la mitad (136) de las víctimas fatales tenía 30 años o menos. Entre ellas, fueron asesinadas una beba, once nenas y 29 adolescentes. Fueron baleadas, apuñaladas, golpeadas, estranguladas, incineradas, asfixiadas, ahorcadas y degolladas. Cinco estaban embarazadas. La mayoría eran mamás: 317 hijos se quedaron sin sus madres porque fueron asesinadas, casi todas por sus propios padres. Los asesinos tienen entre 13 y 90 años, pero el grueso tiene entre 31 y 50. A 32 de estas mujeres, además, las violaron. Y 32 de estos asesinos eran miembros de fuerzas de seguridad. Buenos Aires es la provincia que encabeza todas las estadísticas, de femicidios (102).

“Una mujer cada 30 horas es asesinada en nuestro país en los últimos ocho años. Lamentablemente esta es la realidad que nos confronta día a día. Se necesitan más y decididas políticas públicas en los diferentes poderes del Estado. La justicia debe sacarse la venda de los ojos, capacitarse y proteger los derechos de las víctimas. Esperamos que este año se sancionen las leyes adeudadas, como la pérdida automática de la responsabilidad parental y la Ley Brisa de Reparación para hijas e hijos de victimas de femicidio menores de edad”, dice a Clarín Ada Rico, presidenta de La Casa del Encuentro.

El movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) hizo su propio relevamiento: 217 femicidios. “Hace un año la sociedad se movilizó exigiendo la intervención y el compromiso del Estado para erradicar la violencia contra las mujeres, sin embargo los femicidios siguen ocurriendo en todo el país. El presupuesto con el que cuenta el Consejo Nacional de las Mujeres para el 2016 representa sólo el 0,0055% del presupuesto nacional, lo que equivale a $4,50 por mujer, lo que deja al descubierto la falta decisión política del Poder Ejecutivo para terminar con la violencia machista”, dice Raquel Vivanco, coordinadora de MuMaLá.

“Que la consigna de este año sea: #volvemos a gritar #niunamenos significa que lo que se hizo como respuesta a este grito no fue suficiente”, dicen desde el INADI. Qué se reclama hoy: el Plan Nacional para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia hacia las Mujeres; creación de refugios, patrocinio jurídico para las víctimas y medidas de prevención y cuidado efectivas, desmantelamiento de las redes de prostitución y de trata, despenalización del aborto, capacitación a las fuerzas de seguridad, igualdad de miembros en la Justicia, educación Sexual Integral en todas las escuelas. La pobreza, además, es una forma de violencia y afecta principalmente a las mujeres.