Mauricio Macri dio lectura a una Oración por la Patria en el cierre del XI° Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Tucumán, en la cual pidió a Dios que acompañe al pueblo argentino para poder erradicar la corrupción “en todas sus manifestaciones”.
“Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos, para ser una patria fraterna y solidaria, superar los desencuentros y unirnos caminando juntos, para construir entre todos el futuro con esperanza y trabajo”, rogó el primer mandatario ante miles de personas presentes en el hipódromo provincial.
“Jesucristo te necesitamos para actuar siempre en la verdad y la justicia la incluir a todos y vencer las distintas formas de pobreza, para erradicar la corrupción en todas sus manifestaciones”, sostuvo en medio de aplausos.
Macri pidió también a Dios que acompañe a los argentinos “para promover la fe respetando las distintas expresiones”, y “para cuidar la naturaleza nuestra casa común, para convivir en paz con todos los pueblos de la tierra”.
“Todo lo pedimos confiando en la intercesión de la Virgen, tan amada por nuestro pueblo y que nos acompaña desde siempre en Tucumán”, sostuvo y aprovecho para agradecerles la hospitalidad al “querido pueblo tucumano”.
“Viva la patria, viva el amor”, gritó en el final el Presidente, que luego saludó en el altar al enviado del papa Francisco, cardenal Giovanni Battista Re.
Estuvieron junto a Macri la vicepresidente Gabriela Michetti, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, el titular del Plan Belgrano, José Cano, el secretario de Culto, Santiago de Estrada, y el subsecretario del área, Alfredo Abriani.
Entre los representantes eclesiásticos se encontraban presentes el nuncio apostólico en la Argentina, monseñor Emil Paul Tscherring; el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, y el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca.
El cardenal Battista Re afirmó en su homilía que “la Eucaristía es Cristo mismo que se hace nuestro compañero en el camino de la vida”.
“En este mundo desorientado estamos llamados a reaccionar frente a las dificultades de nuestro tiempo”, sostuvo el delegado pontificio.
Agregó que “este Congreso es un llamado a no tener miedo de llamarnos cristianos” frente a una cultura que “quiere imponer modelos de vida sin Dios”.
“Sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro”.
Señaló que “la Eucaristía es una invitación al compromiso con los pobres, con los ancianos, con los marginados”.
“La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre, que lleve a poner fin a la corrupción y a una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la Justicia y en la solidaridad””, afirmó.
La XI edición del Congreso Eucarístico Nacional celebrada en Tucumán en honor a los 200 años de la independencia se llevó a cabo durante cuatro jornadas desde el jueves pasado hasta hoy.
El encuentro incluyó retiros, reflexiones, vigilias de oración, el Vía Crucis de la Reconciliación y primeras comuniones de adultos.
También tuvo la visita de las imágenes peregrinas de la Virgen del Valle de Catamarca, Nuestra Señora del Rosario de Río Blanco y Paipayá de Jujuy, el Señor de Mailín de Santiago del Estero y el Señor y la Virgen del Milagro de Salta.
Además, se realizó un homenaje a los “sacerdotes de la Independencia”, entre otras actividades, que convocaron a más de 40 mil fieles provenientes de todo el país y a alrededor de 130 obispos argentinos y latinoamericanos.