El presidente de EE.UU. Donald Trump sería recibido en audiencia en el Vaticano por el Papa Francisco hacia finales de mayo, cuando el nuevo inquilino de la Casa Blanca viaja a Italia para la cumbre del G7 (los siete principales países capitalistas), programada en Taormina, Sicilia el 26 y 27 de ese mes.
Lo informó ayer en el prestigioso semanario católico progresista de Londres “The Tablet” su vaticanista en Roma, Christopher Lamb, que cita “fuentes diplomáticas”.
Es probable que el encuentro se produzca en esa fecha. Los presidentes Barack Obama y George Bush aprovecharon las cumbres del G8: Rusia era entonces parte del grupo hasta que fue suspendido por el conflicto con Ucrania y la anexión de Crimea.
Por otro lado, señala el vaticanista de “The Tablet”, si Trump no aprovechara la oportunidad para encontrarse con el argentino Jorge Bergoglio, su gesto “sería considerado una afrenta”.
Difícil encontrar dos personajes más opuestos que el Papa y The Donald, que ya se han sacado chispas en más de una ocasión. En febrero del año pasado, cuando Francisco viajó a México y el mundo mediático ya apostaba a cuadno y como ambos chocarían en una polémica, Trump lanzó en la campaña electoral presidencial norteamericana más amenazas de deportación de inmigrantes y anunció que crearía un muro extendido a toda la frontera de 3000 kilómetros con México y que el gasto lo pagarían los mexicanos.
Trump calificó al Papa como “una persona muy política, que no comprende los problemas que tiene nuestro país”, ni “el peligro de la frontera abierta que tenemos con méxico”.
El Papa culminó su viaje a México con una misa para los migrantes que celebró en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.
Sobre el entonces candicato Trump, Jorge Bergoglio afirmó en el avión de regreso a Roma que “una persona que solo piensa en alzar muros, sea donde sea, y no en hacer puentes, no es cristiana”.
Trump se mostró irritado y respondió que “para un líder religioso es escandalolo poner en duda la fe de una persona”.
Otro mayor momento polémico en la relación se vivió por lo que el Papa dijo en una entrevista del 22 de enero al diario español El País. Tras afirmar acerca de Trump “veremos que sucede”, el Papa criticó “los movimientos populistas de retorno”, tras “los desastres provocados por el proceso de globalización”. “Las crisis producen miedo, aprensiones”, dijo y señaló que “el ejemplo más típico de populismo en el sentido europeo de la palabra. fue el 1933 alemán”. Alemania buscó su identidad, un líder, alguno que le restituyera la identidad y eligió a Hitler. “Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo y después destruyó a su pueblo. Este es es el peligro. En los momentos de crisis no funciona el discernimiento, buscamos un salvador que nos devuelva la identidad y nos defendemos con los muros, los alambres de púas y cualquier cosa, de los otros pueblos”. “Esto es muy grave” concluyó el pontífice argentino.
Aunque en el Vaticano aclararon oficiosamente que el Papa no había comparado a Trump con Hitler, el parangón ha quedado flotando.
El Vaticano también criticó las órdenes ejecutivas del presidente Trump prohibiendo el viaje a EEUU de ciudadanos de siete países con mayoría islámica y la proclamada voluntad de reducir el número de refugiados que entrar en el país.
Por: Julio Algarañaz