Las manipuladas cifras de viajeros – que no turistas – que llegan a este país, han conseguido que en algunas zonas del territorio nacional, se produzcan todo tipo de tropelías, sin que los gestores de esta industria hagan otra cosa que mirar para otro lado.
El empresariado sobre todo, tiene una única obsesión: ganar dinero, sea como sea y a costa de lo que ocurra, mientras no se pongan pegas a su negocio, que justifica diciendo que, el fin justifica los medios.
Sus servicios han bajado de calidad de forma determinante, porque, para remontar la crisis, no ha dudado en disminuir la calidad de la oferta.
Por otra parte, y como todo es admisible, a fin de conseguir los mejores resultados económicos, cuando surgen problemas de convivencia con los clientes, excusan su participación en resolver los problemas que puedan aparecer.
Luego están los gestores responsables de la administración – políticos, funcionarios y otros cargos que tienen que ver con el sector turístico – que de forma permanente miran para otra parte, sin que intervengan – como es su obligación – en los problemas que aparecen día a día en el sector.
¿Dónde están estos responsables a la hora de zanjar peleas, incumplimientos de la legislación o problemas de convivencia de todo tipo, ya sea entre los viajeros o entre los habitantes de este turístico país?
Ejemplos de barbaridades y faltas graves de convivencia, en Lloret de Mar, Magaluf, Barcelona, Benidorm, o muchos otros lugares turísticos, don de se anteponen las tropelías organizados por borrachos, delincuentes y todo tipo de indeseables – denominados turistas – que son admitidos, soportados y permitidos, a fin de conseguir el mayor número de turistas, sin que ni gestores, ni empresarios y, desde luego la autoridad competente, haga nada por evitar que esto ocurra.
Ya somos a nivel internacional uno de los países que mayor número de turistas recibe. Los empresarios de esta industria están volviendo a subir los precios, en cuanto se han dado cuenta que – por problemas de inseguridad en otro países receptores – llegan en tropel turistas a España.
No les importa que haya bajado la calidad de sus servicios. Tampoco, que las tropelías señala das se mantengan y que quienes lleguen a nuestro país crean que aquí todo está permitido.
Somos a nivel internacional el paraiso del turismo del alcohol, de la falta de autoridad y del “todo vale”, porque el turista es fuente de riqueza para España.
Mientras tanto, los españoles debemos sufrir todo esto con la irresponsabilidad de autoridades, empresarios y gestores del sector turístico.