En el sexo jugá con tu lengua

Darle rienda suelta a un viaje de a dos por el placer húmedo

Hay mil formas de acariciar. Con humedad, también vale. Siempre hablamos del sexo oral y de los chapes, pero la lengua tiene usos más originales e igual de efectivos en nosotras y en ellos.

La humedad, el calor y la textura de la lengua son recursos que no deberíamos desaprovechar. Sobre todo si queremos rock and roll…

FORTY LICKS: LAS CUARENTA LENGÜETEADAS

Basta de ir directo ahí abajo. El cuerpo masculino está repleto de escalas interesantes. Ponele onda y buscalas, pero no dejes de pasar por estos “spots”:

Dedos: por su vínculo con el sexo oral, lamer y chupar los dedos es uno de los usos eróticos más efectivos que se pueden hacer de la lengua. No es solo que tenemos “la idea fija”, es que, además, las yemas son una de las partes del cuerpo más sensibles.

Orejas: el valor sensual de las orejas es casi inexplicable. Especialmente la zona del lóbulo, que desborda de sensibilidad y está relacionada con el estremecimiento del cuerpo entero. Casi todo en esa zona -incluyendo el cuello- funciona de diez.

Pecho: puede que el misterio de los pezones masculinos aún no se haya resuelto, pero al menos nosotras le encontramos una utilidad. Ojo, la mayoría de los hombres no la conocen y se desconciertan frente a la posibilidad de ser estimulados así.

Pies: por algo esta parte es una sección especial para el porno. Te puede parecer ridículo y hasta desagradable pero, al parecer, los fans del foot fetish tienen una data con la que muchas no contamos.

LET ME IN: LO QUE TE PERDÉS POR NO DEJARTE

Por más libres que seamos, no podemos evitar la cara de “WTF?” cuando él se atreve a ponerse “stone” por zonas inesperadas. ¿Y si le habilitás el pase?

Axilas: dicen quienes saben que pueden considerarse una extensión de las lolas, por lo que su potencial de placer no es algo a subestimar. Si te da cosquillas su lengua ahí, pedí más presión.

Ombligo: nunca pensaste que este agujerito pudiera darte grandes sorpresas hasta que un intrépido amante te revela su poder.

Vientre bajo: esta parte femenina, esa que nos duele cuando nos viene y que captura las emociones más viscerales, es un valle de sensibilidad. Pocos hacen stop acá, y muchas se acomplejan con que no siempre es plano. Vale superar los prejuicios.

Muslos internos: cuando alguien anda por ahí, va directo al grano y es una pena. La cara interior de los muslos tiene la capacidad de hacerte desear mucho más lo que sigue. Y solo por eso, la zona merece entrar en el mapa del placer.

WET AND ¿WILD?: EL MANEJO DE LA INTENSIDAD

Para los que piensan que “adorar” a una chica es sumergir la cabeza entre sus piernas y moverse como loco, acá hay un mensaje. El buen sexo oral arranca de casi nada y puede llegar a todo, pero hay un requisito ineludible: tiene que ser progresivo. Lo contrario a la sofisticación es la torpeza y eso es lo último que necesita una mujer ahí abajo. Nuestra sensibilidad íntima es fácilmente “aturdible” y hasta la zona puede “adormecerse” si la cuestión arranca muy power. Wet está OK, pero wild al toque, no tanto. En principio, no se trata de chupar, lamer o mordisquear. Se trata de masajear, moderando el “cariño”, y abordar lentamente las zonas más importantes. El comienzo es clave. La sensibilidad que se pierde difícilmente se recupera luego, así que es bueno marcar el ritmo. Una buena manera de comunicarlo sin herir ninguna susceptibilidad es acariciando o presionando su cabeza para transmitir con tu lenguaje corporal exactamente qué deseás.

JUMPING JACK FLASH: VELOCIDAD Y MOVIMIENTO

Ya sabemos que no podemos programar a nadie en siete velocidades, pero a cualquier mujer le gusta sentir variedad de movimientos y ritmos. Que él se concentre seriamente en conseguir ciertas técnicas no puede ser menos que un halago. Ahora bien, en lugar de simplemente usar su intuición…, ¿qué es lo que un amante sofisticado podría estar probando?

El serpenteo: se logra pronunciando eles exageradas para que la lengua salga en forma de “latigazo” de la boca hacia…, bueno, ya sabés hacia dónde.

El ABC: el viejo truco de dibujar el abecedario sigue siendo una garantía de cobertura total del área.

El heladero: que use la lengua en su estado “fofo” puede ser toda una revelación. Mucho mejor que cuando está durita e inquieta (¡la lengua!). Si sabe tomar helado, sabrá hacer esto.

El bordeo: consiste en recorrer los pliegues de tu piel más íntima con la lengua (ahora sí) tiesa.

El reloj: se trata de bordear el clítoris de manera circular. Esta técnica nunca falla, pero la clave para sacarle máximo provecho es que lo haga un rato largo. Tres vueltitas solo te van a dejar con más ganas.

La succión: succionar los poquitos centímetros que representa el clítoris es un arte desafiante para ellos y bastante difícil de pedir para nosotras. Sin embargo, basta con observar, una vez más, el mercado de sex toys para descubrir la cantidad de “succionadores” de clítoris que salieron en los últimos años. Algo ahí hay para descubrir.

El chape: ¿Viste cuándo él te transa de lo lindo? Bueno, así…, pero más abajo.

I CAN’T GET NO SATISFACTION

Recibir no es tan fácil como parece. No importa qué tan groso sea él, tu propia cabeza te puede jugar en contra con estos pensamientos:

“¿Me depilo o no me depilo?”: Nadie puede decirte si depilarte o no, si usar perfumes especiales o si asegurarte de que las luces estén bajas. La única regla para disfrutar es que estés cómoda. Hacé lo necesario para eso.

“No me siento limpia”: Hay dos maneras de sentirse “no limpia”. La real, cuando venís transpirada de un día a mil, y la metafórica, cuando te da “asquito” tu propio cuerpo. La solución de la primera es muy fácil, la segunda es más profunda. El sexo no es limpio. Hay fluidos y pegoteos. Empoderarte en tu sexualidad significa aprender a disfrutar esos aspectos.

“Me da cosa”: Muchas mujeres no pueden evitar sentir impresión cuando la cara de un hombre está entre sus piernas. No lo hagas. No te imagines siendo él ni qué siente en ese momento. Si no te gustan las mujeres, jamás lo vas a entender .

Por: Denise Tempone