Un día después del primer cacerolazo contra el gobierno de Mauricio Macri, desde el oficialismo hubo una férrea defensa a la suba de tarifas, la causa principal de la manifestación que tuvo su mayor foco en el Obelisco. Aunque desde Cambiemos se aceptó el “derecho a protestar” de los ciudadanos, se minimizó con el argumento de que el Gobierno está “abierto al diálogo”.
“No hacen falta los cacerolazos porque este gobierno se ha caracterizado siempre a estar abierto al dialogo”, señaló el diputado nacional Pablo Tonelli, voz cantante esta mañana de Cambiemos.
“La gente tiene todo el derecho del mundo de expresarse y que lo haga en libertad y pacíficamente”, agregó el legislador en diálogo con radio Nacional.
La primera gran protesta contra Macri ocurrió a siete meses del inicio de su gestión y en el centro del reclamo estuvo el ministro de Energía, Juan José Aranguren, a quien se le pidió anoche la renuncia.
El cacerolazo fue convocado originalmente por distintas organizaciones de izquierda y kirchneristas, pero la manifestación luego se tradujo en un “ruidazo” -como se lo bautizó en las redes sociales- en distintas esquinas porteñas y en el interior del país.
“Más que protestar, es más productivo sentarse a una mesa y discutir las tarifas y sus limitaciones”, dijo Tonelli, quien aseguró que el Gobierno “siempre hace autocrítica”.
En ese marco justificó el reciente tope de 400% a la suba del gas, aunque defendió la política tarifarias de la Casa Rosada. “Yo defiendo el aumento en términos conceptuales, era ineludible, sino íbamos a estar en una situación parecida Venezuela”, apuntó.
Luego, agregó: “Era ineludible un fuerte aumento de las tarifas, pero hubo ajustes y errores y una combinación de aumento de tarifas y de consumos por el frío”.