En una histórica votación, el Senado chileno aprobó un proyecto que despenaliza el aborto en Chile en caso de riesgo de vida para la madre (20 votos a favor, 14 en contra), inviabilidad del feto (19 contra 14 ) y violación (18 contra 16). La medida que impulsó la presidenta Michelle Bachelet todavía debe superar otros dos trámites para convertirse eventualmente en ley.
“Es una mañana histórica”, celebró la mandataria, que busca aprobar esta reforma emblemática antes del fin de su segundo mandato el 11 de marzo de 2018. “Más allá que cada cual puede tener una opinión personal, lo que (la iniciativa) permite es que seamos un país donde las mujeres, frente a tales situaciones, puedan tomar la mejor decisión posible”, agregó la Jefa de Estado.
A pesar de la fuerte resistencia y presión de la iglesia católica y de los sectores más conservadores del país, el Senado, de 38 miembros, aprobó el proyecto con los votos del oficialismo y algunos independientes. Además, cuenta con el respaldo de un 70 por ciento de los chilenos.
La propuesta, enviada en enero de 2015, pasó a la Cámara de Diputados, integrada por 120 miembros, con mayoría oficialista, para revisar las modificaciones que realizó el Senado. La Cámara Baja ya la había sancionado en marzo de 2016.
De ser aprobada por los diputados, la iniciativa se convertiría en ley y será promulgada así por la mandataria socialista. Sin embargo, “Chile Vamos”, la coalición que agrupa a las formaciones derechistas, confirmó que acudirá al Tribunal Constitucional, un organismo autónomo del Estado que vela por el respeto a la Constitución y por que las leyes se ajusten a su espíritu y cuya resolución es inapelable .
Dirigentes conservadores argumentaron que la iniciativa es inconstitucional porque “relativiza el derecho a la vida”.
El aborto, prohibido en cualquier circunstancia
Hasta 1989 y por más de 50 años, el aborto estuvo permitido en Chile en casos de peligro para la madre o inviabilidad del feto. Pero antes de dejar el poder y por presiones de la Iglesia, el exdictador Augusto Pinochet (1973-1990) lo prohibió y su práctica es todavía castigada con penas de cárcel.
Además, diversas iniciativas que buscaron en los últimos 25 años reponer la norma chocaron también con la fuerte oposición de los sectores más conservadores del país. Oficialmente en Chile se registran unos 30 mil abortos provocados o espontáneos, pero se estima que las interrupciones clandestinas podrían estar cerca de las 160 mil.