El 10% de las tierras vírgenes o áreas silvestres del planeta han desaparecido en los últimos 25 años por la acción del hombre. Un espacio natural equivalente a dos veces el tamaño de Alaska (3,3 millones de kilómetros cuadrados) ha sido destruido principalmente en la Amazonia, África Central y el sureste asiático, según un estudio de la Universidad de Queenslanda publicado en la revistaCurrent Biology.
Los científicos australianos compararon los “mapas silvestres” tomados vía satélite en 1990 con los obtenidos en los últimos meses. La extensión de la zonas biológicamente y ecológicamente intactas ha sido calculada en 30,1 millones de kilómetros cuadrados, que podrían desaparecer por completo de aquí a finales de siglo si persiste la tendencia actual.
“Tenemos probablemente no más de dos décadas para darle la vuelta a la situación”, declara a The Guardian James Watson, uno de los autores del informe. “Sin una política de protección de las áreas silvestres, lo más probable es que acaben cayendo víctimas del “desarrollo”.
Los científicos definen las tierras vírgenes como aquellas en las que es prácticamente imperceptible la acción del hombre (a través de la agricultura, las carreteras o la luz eléctrica), aunque algunas de ellas están pobladas por tribus indígenas.
El espacio más amenazado, pese a los avances del Gobierno de Brasil en la última década, sigue siendo la selva del Amazonas, que ha perdido más de medio millón de kilómetros cuadrados en la cuenca principal y ha sufrido también un grave retroceso en el bosque de Ucayali. En toda Suramérica, la pérdida de tierras vírgenes supera el 30%.
África Central es otras de las zonas más amenazadas, con especies con el elefante africano, los gorilas y los chimpancés en preocupante retroceso por la pérdida de sus hábitats naturales. Los incendios y la acción humana han provocado también pérdidas sustanciales en Borneo, Java y otras islas de Indonesia. El bosque boreal canadiense, la taiga siberiana y el desierto australiano son las grandes zonas silvestres menos amenazadas.
El papel de las tierras vírgenes
“Las políticas ambientales están fallando y los espacios salvajes están desapareciendo ante nuestros ojos”, denuncia por su parte el profesor William Laurance de la Universidad James Cook, coautor del estudio. “Estamos hablando no sólo de las áreas más preciadas para conservar la biodiversidad. Las tierras vírgenes son necesarias para regular el clima a escala local y global y para tener una referencia necesaria del mundo natural. Algunas de ellas están habitadas por tribus indígenas que han jugado un papel esencial en su conservación y que están cada vez más amenazadas”.
Los autores del estudio muestran un relativo escepticismo ante los esfuerzos, como los que actualmente existen en Europa, por reintroducir la vida silvestre con proyectos de “rewilding”. “La realidad es que cuando destruimos ecosistemas únicos, no hay manera de volver atrás o restaurarlos en su integridad”, aseguran Watson y Laurance. “Lo que tenemos que hacer es proteger desde una plataforma global los espacios silvestres que aún nos quedan, que son la “joya de la corona” y constituyen el 23% de la superficie”.