En Santa Cruz y en los tribunales de Comodoro Py, el Santo Grial dejó de ser ese cáliz sagrado que habría utilizado Jesús en la última cena. Ahora todos apuntan a esa carta manuscrita, presuntamente por la ex presidenta, Cristina Kirchner, dirigida a Lázaro Báez, en la que le pide, sin eufemismos, “ensuciar” al empresario Angelo Calcaterra y, así, desviar la investigación. Cristina quiere esa carta de vuelta.
Hace más de 30 días, ya con Báez detenido en el penal de Ezeiza, se produjo el envío de esa misiva por emisarios de la familia Kirchner –lo que le da mayor nivel de autenticidad a la carta- según cuentan los abogados del empresario patagónico. Ahora la guerra es sin cuartel. Tal como anticipó la primicia de Infobae, los abogados de Leandro Báez, el más chico de la familia, tienen esa carta firmada por Cristina Kirchner como la flecha letal con mira a una eventual presentación ante la Cámara Federal solicitando la recusación del juez federal Sebastián Casanello. Es la bomba que está en la bodega del bombardero.
Infobae reconstruyó y confirmó que en las últimas 72 horas hubo fuego cruzado entre la familia Kirchner y los Báez para intentar frenar la virulencia del embate judicial: para los familiares del empresario santacruceño ya es demasiado tarde, quieren ir por ellos. Ya lo están convenciendo a Lázaro, que ya apuntó en su presentación de ayer, sin dar nombres, contra los responsables políticos. Hasta el domingo no habría novedades sobre su eventual presentación como arrepentido. Igual, todo puede cambiar minuto a minuto.
El cruce de llamados entre la defensa de los Báez y miembros del círculo cercano de la ex presidente de la Nación arrancó el jueves, cuando se enteraron que existía la posibilidad de la utilización de esa carta como as judicial. Fueron varias las vías de comunicación que intentaron establecer, incluyendo llamadas y visitas del ex secretario de Néstor Kirchner Daniel Álvarez a Leandro Báez. Nunca fue atendido. El viernes Infobae publicó la existencia de la misiva y la intención de ellos de presentarla.
En Santa Cruz se desató la histeria. A las negociaciones su sumaron miembros muy cercanos al ex secretario de Legal y Técnica de la Nación, Carlos Zannini, en representación directa de Cristina y Máximo. La reunión más importante se realizó en un restaurante muy conocido sobre la calle Beruti, en cercanías del shopping Alto Palermo, en la noche del sábado pasado. De un lado, la gente de Báez junto a un abogado santacruceño, conocido de la familia; y del otro, emisarios de Zannini, actual funcionario de Alicia Kirchner en Santa Cruz. La reunión fue convocada por colaboradores del ex secretario de Legal y Técnica, que no adelantaron los motivos pero sí la urgencia. No hubo acuerdo y la familia Báez volvió a mostrarse intransigente: se llegó a un punto de no retorno. Ahora la conducción de la estrategia la tiene Leandro Báez y es, de todos, el más visceral.
La cena duró no más de dos horas y el mensaje de los enviados de Zannini fue claro: recuperar la carta y evitar que se haga pública. Además, se pudo saber que en la carta, CFK también pedía que se registrara en videos cada una de las obras que se hicieron, para desligar a su gestión de falta de control, algo que sugirió el propio Báez en su última presentación. No tuvieron éxito. Ni con los pedidos de la carta, ni con recuperarla.
Luego de recopilar esta información, Infobae se comunicó con Santiago Viola, abogado elegido por Leandro Báez para llevar adelante la recusación al juez Casanello. Viola se mostró sorprendido por la cantidad de detalles, los confirmó pero se negó a dar más información o nombres de los presentes: “No quiero entorpecer nuestra estrategia judicial. No puedo dar los nombres de quienes participaron, ni de nuestro lado ni del de ellos, pero la cena existió”, respondió Viola, desde Río Gallegos, a donde viajó para seguir de cerca, por ejemplo, los allanamientos de la tarde de ayer, por disposición del fiscal Guillermo Marijuán.