“Es una mujer transgresora, intensa, profunda y muy emocional. Con una modestia característica de la época. Expresa sus emociones con cierto reparo, pero es muy auténtica. Dominante, pero a la vez delicada y elegante”. Así define Emilia Attías a su personaje protagónico en Dolores, la película de Juan Dickinson que se estrenó el último jueves.
La historia del film se desarrolla en una estancia de la provincia de Buenos Aires durante los años de la Segunda Guerra Mundial. Y Dolores es una argentina hija de escoceses que estudia en Europa pero debe regresar al país cuando muere su hermana. Su tarea principal será criar a su sobrino, de ocho años. Pero se encontrará también con algunos problemas económicos en la estancia y revivirá una postergada historia amorosa, nada menos que con su cuñado, encarnado por Guillermo Pfening. “Está inspirada en la historia familiar del director -cuenta Attías-. Pero la manera de abordar el trabajo fue muy libre. Juan permitió que opinemos sobre los roles, que los construyamos con él. Nos manejamos con mucha libertad en la previa. Obviamente, en el set respetamos lo que habíamos charlado. Yo exprimí al director porque conocía muy bien a esta mujer, dado que se crió con ella. Y me fui enterando de cosas que me sirvieron para comprenderla, para entender desde qué lugar tomó cada decisión”.