El volcán Sakurajima se prepara para una gran erupción

Los expertos predicen que se producirá en los próximos 25 años debido al aumento de reservas de magma bajo el volcán

Uno de los volcanes más activos de Japón, el Sakurajima, amenaza con originar dentro de los próximos 25 años una gran erupción que ponga en peligro la seguridad de decenas de miles de personas, según los expertos que han utilizado nuevas técnicas para identificar la acumulación de magma en su interior.

En un estudio publicado este martes en la revista Scientific Reports, el equipo integrado por científicos de las británicas Universidad de Bristol y Universidad de Exester y del Centro de Investigación del Volcán Sakurajima de Japón explicaban cómo la innovadora metodología empleada ha ayudado a desvelar una “sustanciosa reserva creciente de magma” dentro del volcán, que mide 1.117 metros de altura y se encuentra en la bahía Kagoshima, al suroeste de Japón.

A la vista de los nuevos datos, los investigadores consideran que la acumulación de magma podría desencadenar una erupción similar a la que tuvo lugar en 1914, la última de grandes dimensiones. Ese año murieron 58 personas y la ciudad de Kagoshima, donde actualmente residen unas 600.000 personas, padeció graves inundaciones y destrozos.

Mejor capacidad de predicción

James Hickey, encargado de dirigir al equipo de expertos, detalló cómo sus miembros han sido capaces de desarrollar una serie de novedosas técnicas que les permiten estudiar el “sistema natural de tuberías” de los volcanes. Gracias a estos avances, han mejorado ostensiblemente la capacidad de predecir una erupción, lo que permite a las autoridades elaborar un sistema de alerta para las grandes erupciones y organizar una pronta evacuación que evite los graves daños causados por la expulsión de lava.

“Lo que hemos descubierto es no sólo cómo fluye el magma en el depósito, sino también en cómo de grande se está convirtiendo (ese depósito)”, aclaró Hickey. “Creemos que este nuevo enfoque podría ayudar a mejorar el pronóstico de las erupciones y a evaluar el peligro de los volcanes en este área y en el resto del mundo. Proveer con información relevante a las autoridades locales puede ayudar a salvar vidas en caso de una erupción inminente”, añadió el encargado de la investigación, aunque reconociendo que no siempre es posible pronosticar un fenómeno natural de este tipo.

Entre las nuevas técnicas desarrolladas están el estudio de la sismología del volcán, el seguimiento de los cambios producidos en los gases que alberga en su interior y la deformación de los alrededores provocada por la lava.

Los científicos se han centrado en el estudio Aira Caldera, un enorme cráter sumergido en las proximidades del volcán Sakurajima a causa de una explosión anterior y a su posterior hundimiento bajo el magma. Según el informe, es aquí donde se almacena el magma que más tarde se introduce en el volcán, lo que provoca pequeñas erupciones casi diarias durante el proceso. De acuerdo con sus hallazgos, esta caldera suministra al volcán unos 14 millones de metros cúbicos de magma cada año, suficiente para llenar tres veces y media el estadio de Wembley de Londres.

Según han comprobado, el magma está entrando en el volcán a una velocidad mayor de la habitual, lo que sumado a la evidencia de la gran cantidad de magma que ya hay acumulada en el cráter y a la frecuencia de las pequeñas explosiones que se producen a diario, les lleva a concluir que en un periodo corto -geológicamente hablando- se puede producir esa gran erupción.

Tras comparar los datos que disponen en la actualidad con los de la erupción de 1914, los expertos han llegado a la conclusión de que pasarán 130 años antes de que se produzca una explosión como la de entonces. “Como ya han pasado 100 años, eso significa que quedan unos 25 para la siguiente“, apuntó Hickey, para quien las autoridades pueden ahora “planificar en consecuencia”.

En el “anillo de fuego” del Pacífico

Sakurajima se encuentra a unos 50 kilómetros de los dos reactores nucleares de Sendai que fueron reactivados el año pasado, una de las pocas centrales que han vuelto ha funcionar en Japón después del desastre de Fukushima registrado en marzo de 2011.

En 2013, el volcán arrojó cenizas y rocas que llegaron hasta Kagoshima, causando daños pero no heridos graves. En febrero de este año, las cámaras captaron una espectacular explosión a la que siguió la lava fluyendo por su pendiente. La última erupción se registró en julio, con una nube de cenizas elevándose hasta 5.000 metros en el cielo.

Japón cuenta con decenas de volcanes activos en el país, ya que se encuentra situado en el “anillo de fuego” del Pacífico, donde se registra una gran proporción de los terremotos y erupciones que hay en todo el mundo. El monte Fuji, el volcán más famoso de Japón, sigue a día de hoy activo, pero no ha erupcionado desde 1707. En septiembre de 2014, una gran explosión en el monte Ontake -en el centro del país- provocó la muerte de 57 personas.