Piso en esquina de un edificio antiguo “lindísimo”. Más de 280 metros cuadros cubiertos. Y gran terraza de uso exclusivo con parrilla y pileta. Palier privado, cinco suites y amplio sector de servicio. Lleno de luz. Así promociona Emily Salzman un amplísimo departamento en la calle Uruguay al 1300 barrio de Recoleta.El cartel de venta, con el nombre y el teléfono de la inmobiliaria tuvo anoche una promoción inédita: cientos de miles de personas lo vieron en vivo, por TV, cuando una vieja vecina del barrio, bien arreglada, se asomó al balcón de abajo a saludar con la manito.
Pese a ese marketing inesperado, no está claro hoy cómo influirá esa imagen en el precio de venta: ¿vivir arriba de Cristina Kirchner vale ahora más o menos de los 980.000 dólares que se ofrece la unidad?
La zona, entre las más paquetas de la Ciudad, está alterada desde que la ex Presidenta dejó el poder. Hacia allí se trasladó a principios de diciembre cuando la carroza del poder se convirtió en calabaza.
“Ana, Naty, Fermín y Julio” saludaban a la “compañera Cristina” y recordaban que “No fue magia”. A las pocas horas, cacerola en mano, otros opinaban lo contrario. El barrio pasó a ser algo así como “Recogrieta”
La duda vuelve: ¿cómo influye el alboroto en la cotización de la unidad? Por lo pronto, en la promo de la inmobiliaria no se hace mención a la vecina ilustre.
La vivienda, piso sexto, al frente, “10” en luminosidad, orientación SE, cinco baños, con una de las suites de 9×3 en azotea con kitchinette incluida, pagó en diciembre 14.000 pesos de expensas. El dato está puesto al pasar. No parece una traba. Es zona de gente acomodada.
