La ciudad de Ubud tiene una calle principal muy conocida por todos los que visitan la ciudad y muy fácil de identificar por ser una cuesta muy empinada.No hay más que bajar la cuesta, -deteniéndonos si nos apetece en las tiendas de artesanía y camisetas- para encontrar abajo el famoso Templo sagrado de los monos.
Tras la entrada, descubrimos una especie de parque o bosque, lleno de senderos en el que vamos encontrándonos con algunas construcciones -muy repartidas- y una gran población de monos, tanto en los laterales, en los árboles, como acompañándonos durante el recorrido.
El recinto está construido basándose en el concepto hinduista de Tri Hita Karana. En este concepto, “Tri”, significa tres, “Hita”, significa felicidad, y “Karana”, significa modo o manera. Por lo tanto, Tri Hita Karana significa “Tres formas de conseguir la felicidad”.
La doctrina de Tri Hita Karana enseña a mantener una relación armoniosa en la vida. Las tres formas de conseguir una relación armoniosa entre los seres humanos y otros seres humanos, entre los seres humanos y su medio ambiente y entre los seres humanos y el Dios Supremo.
Lo peculiar de este entorno es que en él conviven plantas exóticas -hay zonas que parecen decirnos que estamos en un jardín botánico, animales en libertad -que además son objeto de estudio- y los humanos que los cuidan y visitan.
Consejos para visitar el Templo de los monos de Ubud
Como en la mayoría de los templos en Indonesia, es conveniente llevar cubiertas las piernas y los hombros, por lo que hay que elegir la ropa adecuada. De todas formas, -como también es habitual- se pueden alquilar unas telas o pareos para cubrirse.
Es recomendable llevar agua en los meses de calor. Pero todo lo que lleves, -agua, comida, gafas, gorras… – debe estar bajo control pues los monos son curiosos y pueden robarnos cualquier cosa sin darnos tiempo a notarlo. Mete todo en la mochila y no lo saques de forma descuidada sino cuando veas que no será un problema.
Si vais con niños, es importante explicarles que los monos se pueden mirar, pero no jugar con ellos, tocarlos o darles de comer -y menos aún alimentos de humanos como patatas fritas, bollos y otros similares. Puede ser peligroso ofrecerles algo y retirar la mano, así que hay que abstenerse de ese tipo de conductas.
En caso de duda, lo mejor es preguntar al personal del recinto que lleva uniformes de color verde.
Que hacer en el Templo de los monos de Ubud
Pasead tranquilos, disfrutad de las vistas y haced muchas fotos. Allí veréis los mil y un detalles de las esculturas del hinduísmo, que tratan de explicar lo que está bien y lo que está mal a través de sus figuras.
Observad a los monos y cómo su día transcurre entre ritos de limpieza, comida, actividad sexual y juegos. Son realmente divertidos de observar y hay tantos, que un paseo por el parque y el templo, -que te tendrá muy entretenido durante un par de horas o tres- te permitirá hacer un montón de fotografías.
Recorre los distintos caminos. En uno de ellos, llegamos a una especie de cascada tras cruzar un puente y una zona de bambú. Impresionante de verdad. En otro, encontramos un cementerio, con lápidas llenas de inscripciones -incluso esvásticas, muy habituales en la antigua cultura hindi- entre las que los monos caminaban con naturalidad.
Programas de investigación
El santuario forestal de mono sagrado o el Templo sagrado del bosque de monos de Ubud no es sólo una atracción turística más o o parte de la vida espiritual de los locales sino que es un lugar donde se lleva a cabo un importante programa de investigación sobre la interacción social de los monos entre sí y con su entorno.
La parte religiosa
Hay algunas partes del parque que no son accesibles para el público que va de visita. La zona sagrada o Templo, sólo es accesible para quienes van dispuestos a rezar en él y visten con la ropa adecuada.
En todo caso, es una visita imprescindible e inolvidable que cambiará vuestra forma de ver a estos animales, de una forma tan cercana y a la vez tan independiente. Los monos campan a sus anchas y actúan con la misma naturalidad que si no estuviéramos presentes por lo que es un lugar perfecto para observarles y fotografiarles en su actividad.
