La Jefatura de la Policía de Misiones dispuso el pase a situación de disponibilidad del subcomisario que el 27 de julio pasado fue denunciado por una subalterna por los presuntos delitos de acoso, amenazas y abuso sexual. En consecuencia, el oficial fue relevado del cargo y la junta disciplinaria decidirá su futuro en la institución.
En paralelo, fuentes del caso anticiparon que el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá comenzaría a girar las respectivas notificaciones a las partes y citaciones a los testigos nombrados en el expediente penal.
Tal como viene publicando El Territorio, la denuncia consta de nueve carillas y detalla los ultrajes que habría padecido una cabo primero cuando cumplía funciones en Seguridad Vial y Turismo de San Francisco de Asís, jurisdicción de Alba Posse.
El acoso se habría concretado mediante mensajes, llamadas y personalmente. También denunció manoseos y que en una ocasión la habría obligado a practicarle sexo oral.
“Además de mostrarles los mensajes, en varias ocasiones mis compañeros observaron cómo cada vez que subcomisario pasaba a mi lado me tocaba las nalgas y los senos”, declaró en sede judicial.
Asimismo, brindó una serie de testigos y solicitó pericias telefónicas “para demostrar el acoso permanente al que me sometía”, al tiempo que requirió un informe actualizado de las causas pendientes de resolución contra el citado subcomisario, quien poseería antecedentes por diversos delitos.
Por otra parte, alertó sobre el temor a represalias que manifestaron sus compañeros ante la posibilidad de testificar sobre los hechos. “Les dice que no digan nada y los amenaza, por lo que al ser subalternos y con familias a cargo el temor se incrementa”, lamentó.
“Le querían hacer algo”
El último sábado este matutino publicó detalles de la denuncia, tras lo cual la cabo fue amenazada en su actual lugar de trabajo, el Comando Radioeléctrico de Santa Rita.
“Ya sacaste la nota en el diario, ahora cuídate porque te van a hacer boleta”, le dijo un desconocido que llegó preguntando por un trámite y escapó corriendo.
Ayer, en tanto, el esposo de la mujer -también policía- manifestó su temor a represalias y lamentó la demora en el avance de la causa judicial.
Asimismo, relató que un camarada de su esposa le manifestó que estaba al tanto de que el sábado quisieron amedrentarla o algo peor, lo que marca la impunidad policial que reina en el lugar.
“Un compañero de ella hoy (por ayer) le contó que él sabía que querían hacerle algo ese día, pero no se animaron. A él le quisieron involucrar, aunque no quiso meterse. O sea, él sabe algo. Lo que está pasando es muy grave, pero nadie hace nada”, alertó el policía.
Amenaza y abuso
En su denuncia, la cabo primero indicó que “días antes del cumpleaños de mi hijo el subcomisario mandó a mis compañeros a un operativo para quedarse solo en la base conmigo, oportunidad en la que me dijo que si yo no accedía a tener algo con él, trasladaría a mi esposo y que vería como sufriría hasta verme arrastrar y pedirle por favor. Esto me generó una crisis de llanto (…) pero haciendo caso omiso a mi estado de crisis, se baja los pantalones y tomándome de los cabellos me obliga a practicarle sexo oral. Intenté con todas mis fuerzas zafar de él y cuando lo logré, mordiéndole, salí corriendo a la calle pidiendo auxilio”.
En tanto, entre los testigos citados por la víctima se encuentra el juez de Paz de Alba Posse, Augusto Zapani, quien en varias ocasiones denunció por huerto, cohecho y amenazas al mismo oficial.
En diálogo con este diario, el magistrado confirmó que dichos expedientes se tramitan los diferentes juzgados de instrucción de la jurisdicción y tuvieron seguimiento de Asuntos Internos de la Policía, pero hasta el momento no hubo avances significativos.
“Tuve custodia policial durante 30 días por las amenazas de esta persona. Mi relación con la Policía es excelente, pero él es un elemento que enloda a la institución. Tiene innumerables antecedentes, la comunidad y el personal le temen”, subrayó.
Por Daniel Villamea