El animal, un perro de la calle, sin collar ni identificación, se acercó a los músicos y se sentó junto al primer violín para disfrutar del espectáculo.
Las risas de los integrantes de la orquesta y el aplauso espontáneo del público premiaron la melanomanía del perro.
Varios de los presentes, no pudiendo resistir la tentación, tomaron sus teléfonos y cámaras, grabaron el momento y lo subieron a las redes sociales.
https://youtu.be/8aoJv6C1tE4