El papa Francisco criticó en su homilía de la misa del Crisma que la humanidad está “oprimida por las propuestas de consumo por las que no podemos ser libres” y pidió a los sacerdotes identificarse “con el pueblo descartado”, antes del lavado de pies que hará esta tarde a 12 migrantes.
“Estamos oprimidos pero no por amenazas ni empujones, como tanta pobre gente, sino por la fascinación de mil propuestas de consumo que no nos podemos quitar de encima para caminar, libres, por los senderos que nos llevan al amor de nuestros hermanos, a los rebaños del Señor, a Ias ovejitas que esperan la voz de sus pastores”, denunció el santo padre durante la celebración en la Basílica de San Pedro.
“También nos sentimos prisioneros, pero no rodeados como tantos pueblos por infranqueables muros de piedra o de alambrados de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con un simple click”, ahondó el Pontífice durante la ceremonia que marcó el inicio de las celebraciones litúrgicas que durante cuatro días seguidos encabezará para celebrar la Semana Santa.
“Y Jesús viene a rescatarnos, a hacernos salir, para convertirnos de pobres y ciegos, de cautivos y oprimidos en ministros de misericordia y consolación”, expresó Francisco.
“La misericordia restaura todo y devuelve a las personas a su dignidad original. Por eso, el agradecimiento efusivo es la respuesta adecuada: hay que entrar rápido en la fiesta, ponerse el vestido, sacarse los enojos del hijo mayor, alegrarse y festejar”, añadió el Obispo de Roma.
“Porque sólo así, participando plenamente en ese ámbito de celebración, uno puede después pensar bien, uno puede pedir perdón y ver más claramente cómo podrá reparar el mal que hizo”, sostuvo.
“Como sacerdotes, nos identificamos con ese pueblo descartado, al que el Señor salva y recordamos que hay multitudes incontables de personas pobres, ignorantes, prisioneras, que se encuentran en esa situación porque otros los oprimen”, definió ante los religiosos presentes.