El papa Francisco confirmó hoy que él “nunca supo” que la fundadora del comedor Los Piletones, Margarita Barrientos, y el orfebre Juan Carlos Pallarols habían ido a visitarlo a Roma, diez días después de asumir la conducción de la Iglesia Católica, como tampoco que ambos fueron echados de mala manera por la Guardia Suiza de la Plaza San Pedro sin una explicación.
El padre Fabián Báez reveló a Infobae que el Sumo Pontífice lo llamó por teléfono pasadas las 14 para hablar con él porque había fallecido un familiar suyo. En el contexto de ese diálogo, según el sacerdote, salió la conversación sobre los dichos de Barrientos, que tanta polémica habían generado en la Argentina, acerca de que Francisco no la recibió por motivos políticos.
“Él me dijo que nunca se enteró de que ella había viajado para visitarlo. No sabía que estaba Margarita Barrientos como tampoco sabía nada de que estuviera Pallarols ni otras personas en esa comitiva”, contó el padre Báez, un cura de alto perfil que, desde Twitter, se identifica como un “cura de Buenos Aires, párroco en Villa Urquiza y miembro de Cáritas”.
“Le pregunté por este episodio y él me aseguró que no se había enterado, que nunca supo que estaba Margarita, como tampoco Juan Carlos Pallarols, ni que llevaron un cáliz. Esto pasó en 2013 y él cree que pudo haber pasado porque estaba recién llegado a Roma y mucho no entendía el protocolo ni lo armado de las audiencias”, contó el sacerdote porteño.
El padre Báez aclaró que no hablaron con el Sumo Pontífice sobre una eventual visita, después de este incidente y desencuentro, de Margarita Barrientos a Roma, pero afirmó: “La conozco a ella y es una persona decente, valiosa. Conociendo al Papa, seguramente lamenta que ella crea que la rechazó y más aún que haya sido por razones políticas”.
La familia Pallarols
La explicación coincidió con los dichos de Daniel Pallarols, hijo de Juan Carlos, quien también cree que el Papa “no estaba enterado de lo que pasó seguramente”. “Nosotros viajamos con Margarita porque es una amiga y nosotros íbamos a entregar el cáliz, como es tradición en mi familia, de obsequiarle algo al Papa como siempre se ha hecho en mi familia. No sé cuál fue la razón por la que nos sacaron, y de una manera bastante fea –dijo en Radio El Mundo–. Mandamos un montón de cartas e hicimos todos los procedimientos, y si verdaderamente no nos querían recibir, nos habrían devuelto la correspondencia diciendo que no somos bienvenidos”.