Se acelera el corazón, aumenta la presión sanguínea, la piel se ruboriza, la respiración se agita. Los órganos sexuales se llenan de sangre, cambiando de forma y de color. El sistema nervioso se activa, los músculos se tensan y la expresión de la cara se modifica. Por un momento, se altera la percepción del entorno y el tiempo parece detenerse. Luego viene la relajación, una relajación profunda en la que todo parece más dulce y agradable.
Mucho más que una pequeña muerte, como algunos lo llaman, un orgasmo es una explosión de vida y de placer. Pero tampoco exageremos, no siempre es tan así.
Mucho se ha hablado de los beneficios de la sexualidad sobre la salud y hoy tenemos el respaldo de la investigación científica para demostrarlo.
Cuerpo + emoción = química perfecta
Durante el encuentro sexual, se activan una serie de mecanismos que favorecen el funcionamiento del sistema nervioso, endocrino, cardíaco, muscular y circulatorio. No hay ninguna otra actividad física que incluya al cuerpo y a las emociones de la manera en que lo hace el sexo.
El orgasmo es una de las fases de la respuesta sexual y sin duda una de las preferidas tanto por hombres como por mujeres, pero además de placentero es uno de los momentos más saludables del encuentro sexual.
La gran liberación de endorfinas durante el orgasmo es una de las razones por las cuales es tan placentero. Paralelamente se libera oxitocina, conocida como la hormona del abrazo o del amor; esto genera un sentimiento de cercanía, unión y confianza.
Su liberación ejerce un efecto de bloqueo absoluto del estrés. A esta altura ya podemos animarnos a concluir que la unión de las endorfinas con la oxitocina podría ser considerado como un cóctel de amor, sexo y felicidad, libre de ansiedad.
El chocolate, la nicotina, la cocaína y los orgasmos activan la misma zona del placer en el cerebro, llamada “núcleo accumbens”. Por razones obvias, el sexo es la opción más saludable.
Pero hay más razones por las cuales el orgasmo se coloca en los primeros puestos de las actividades más saludables de la vida.
El psicólogo Barry Komisaruk investiga el tema desde hace 30 años y afirma que durante el orgasmo hay un impresionante incremento del flujo de sangre y de oxígeno en el cerebro, ambos nutrientes muy beneficiosos para esta parte vital de nuestro cuerpo.
Komisaruk concluye que el orgasmo reduce el dolor menstrual inmediatamente, produce el alivio de los dolores de espalda y de otras afecciones producidas por la actividad física.
Si bien todavía hay que esperar que las investigaciones sigan avanzando, hay evidencia de que el orgasmo estaría asociado a la disminución de infecciones urinarias y genitales en el caso de las mujeres, y la prevención del cáncer de próstata en el caso de los hombres. También a la reducción de todo tipo de dolores, sobretodo el de cabeza.
Orgasmo y fertilidad
Si bien es otro de los puntos que hay que seguir estudiando, algunas investigaciones adelantan que las contracciones reflejas generadas durante el orgasmo crean un efecto de succión que ayuda a los espermatozoides a ascender por el cuello del útero hasta las trompas de Falopio. Este mecanismo lo han podido experimentar varias parejas. Durante la relación sexual, las contracciones uterinas han logrado sacar el preservativo del pene succionándolo como una especie de aspiradora genital.
Por el licenciado Patricio Gómez Di Leva, psicólogo, sexólogo. Autor de “Sexualidad Inteligente”. Editorial Grijalbo.