El cambio climático podría haber apretado ya el gatillo que convertirá en las próximas décadas los ecosistemas del Mediterráneo en algo totalmente diferente a lo que conocemos. Según una investigación recién publicada en la revista Science, por encima de 1,5ºC de aumento de la temperatura global -marcado en el Acuerdo de París como el límite ideal de incremento para final de siglo al que habría que tender, aunque el límite oficial sean los 2ºC de incremento- los ecosistemas de la región mediterránea sufrirían cambios nunca vistos durante el Holoceno, es decir, en los últimos 10.000 años.
A medida que aumenta la temperatura en prácticamente todo el planeta a consecuencia del cambio climático causado por el hombre, algunas regiones están padeciendo este incremento de temperaturas más que otros. En la actualidad, la región mediterránea está 1,3ºC por encima de la era preindustrial, es decir, que la media del periodo 1880-1920, mientras que el aumento a escala global es de 0,85ºC. Según los autores, dado que el Mediterráneo es uno de los espacios más ricos del mundo para la biodiversidad y que provee de servicios ambientales como agua, protección contra inundaciones o almacenamiento de carbono a millones de personas, este incremento de temperatura es crucial.
Los investigadores Joel Guiot y Wolfgang Cramer, pertenecientes al Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) -el equivalente al CSIC español-, utilizaron el polen antiguo depositado en testigos de hielo y en sedimentos para obtener un dibujo lo más aproximado posible a la realidad de la vegetación y de los cambio sufridos en el Mediterráneo durante los últimos 10.000 años. Los autores aplicaron estos datos como base de comparación en modelos que permiten estimar el clima futuro y la vegetación que habría en función de los diferentes escenarios de temperaturas que maneja el IPCC, el panel científico de Naciones Unidas.
“La ventaja de este trabajo es que esta reconstrucción del Holoceno sirve como marco de referencia que permite ver a dónde vamos y si hemos sufrido cambios similares en el pasado cercano”, explica a este diario José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla La Mancha. “Y lo que vemos es que por encima de 1,5 grados centígrados de aumento de temperatura global empiezan a aparecer los problemas”, asegura.
Tanto en el escenario más desfavorable -que contempla que no se hiciera absolutamente nada para frenar el cambio climático- como en el que se daría en el caso de que todos los países cumplan los compromisos de mitigación que han firmado a día de hoy y que contempla hasta la fecha el Acuerdo de París, los cambios en los ecosistemas del área mediterránea excederían en gran medida cualquier cambio sufrido en los últimos milenios. El trabajo refleja que, en el caso más desfavorable (y también muy poco probable) de business as usual, es decir, en el que no se toman medidas de mitigación, todo el sur de España se transformaría en un desierto, los bosques caducifolios invadirían los ambientes montañosos de altura y los matorrales reemplazarían a los actuales bosques de hoja caduca.
“Como el planeta se calienta de distinta forma según las regiones el calentamiento no es homogéneo. En el Mediterráneo nos calentamos más que en otros territorios”, explica Moreno. “Pero lo que refleja el trabajo es un horizonte de cambio gradual, no ocurrirá de un día para otro. Lo que ocurrirá es que las especies vegetales sufrirán la presión de una temperatura que les dice que están en un sitio equivocado. Pero aunque el cambio se dispare en las próximas décadas, el cambio no se sabe cuándo se producirá, probablemente en un futuro más lejano”, dice el experto español.
El único escenario que mantendría la vegetación dentro de los ambientes conocidos durante los últimos 10 milenios es el que limita el incremento de temperatura global por debajo de 1,5ºC de aumento, y la mayor parte de los expertos coinciden en que ese escenario es prácticamente imposible alcanzarlo ya, a no ser que se apliquen técnicas de captura de carbono a gran escala.
En un artículo que acompaña a la investigación firmado por la secretaria general de Naciones Unidas para la Convención Marco del Cambio Climático, Patricia Espinosa, la mandataria señala que aunque París fue un hito, la Cumbre del Clima de Marrakech que se celebrará en noviembre será igual de importante porque los países “tienen ahora que negociar los detalles”. “Conseguir los objetivos marcados por el Acuerdo de París no es algo que pueda darse por hecho. Tendrá que ser un esfuerzo de varias décadas para revertir dos siglos de desarrollo mundial que ha sido basado en los combustibles fósiles”, asegura Espinosa en su artículo.