Como ocurrió con el Brexit en Reino Unido, la victoria del republicano que hizo de la retórica antiinmigrante uno de los pilares de su campaña parece haber desencadenado las fuerzas racistas en Estados Unidos. La organización supremacista Ku Klux Klan organizará el 3 de diciembre un “desfile por la victoria” de Donald Trump en Carolina del Norte, según anunció en su página web, sin precisar la ciudad donde se realizará la marcha. Mientras, se multiplican los ataques racistas en el país.
“La campaña de Trump unió a mi gente”, afirmaron los “Leales Caballeros Blancos de Pelham” en la convocatoria que incluye un retrato del millonario, y una leyenda donde la palabra “race” en inglés significa tanto “raza” como “campaña”.
Esta célula del Klan de Carolina del Norte cuenta con entre 150 y 200 miembros y “es quizás la más activa en EEUU hoy en día”, indicó el Chicago Tribune.
El Ku Klux Klan nació en los estados del Sur de EEUU tras la guerra de Secesión y promueve la idea de supremacía de la raza blanca, la xenofobia, la homofobia, el antisemitismo,el racismo y el anticomunismo. La organización, famosa por quemar cruces en sus actos, fue responsable de cientos de asesinatos y ataques contra minorías.
Inmediatamente después de la victoria de Trump, el exlíder del Ku Klux Klan, David Duke, había reivindicado la contribución del grupo en la elección del magnate. “No se equivoquen, nuestra gente tuvo un papel ENORME”, tuiteó.
Antes de las elecciones, la organización ya había manifestado su respaldo a Trump, con quien sienten representados sus ideales. Con su retórica antiinmigrantes, racista y proarmas, el magnate logró conquistar a los “angry white men”, la clase obrera blanca y rural marginada que percibe una amenaza en cambios sociales como el avance de las mujeres y las minorías.
La candidata demócrata Hillary Clinton había acusado a Trump de propagar el odio y vincularse con la “derecha alternativa” (“alt right”, en inglés), una corriente de extrema derecha que difunde por internet teorías de conspiración e ideas racistas. “Está sacando de las sombras a grupos de odio y ayudando a una franja radical tomar el control del Partido Republicano”, afirmó entonces la exsecretaria de Estado.
Pocos días antes de los comicios, una iglesia de la comunidad afroamericana fue incendiada en Greenville, Mississipi, y la frase “Vote for Trump” pintada sobre el edificio, anticipando la ola de ataques racistas que inunda los EEUU desde el martes.
Se reportaron decenas de casos que van dedesde insultos hasta agresiones a ciudadanos negros, asiáticos, latinos o musulmanes. Los incidentes ocurrieron a lo largo y ancho de Estados Unidos.
El miércoles a la noche, horas después de la victoria de Trump, dos estudiantes musulmanas fueron atacadas en la playa de estacionamiento de dos universidades estatales de California (en San Diego y San José). A una de las chicas le robaron su cartera, su mochila y luego su auto mientras había ido a buscar ayuda. A la otra un hombre se le acercó desde atrás, tirándola del velo, asfixiándola y haciéndola caer. En ambos casos los atacantes gritaron consignas proTrump y antimusulmanes.