“El sospechoso dijo que estaba molesto con (la manifestación pacífica) BlackLivesMatter (Las vidas de los negros importan). Y que estaba enojado por los recientes tiroteos policiales, y con la gente blanca. Dijo que quería matar blancos, especialmente oficiales blancos”, aseguró David Brown, jefe de Policía de Dallas.
“El sospechoso afirmó que íbamos a encontrar bombas caseras. Dijo que no estaba afiliado a ningún grupo y que actuó solo”, agregó.
El tirador, cuya identidad no fue revelada, murió poco después de tener ese intercambio con los agentes, en un estacionamiento. En un primer momento se dijo que se había suicidado, pero el jefe policial desmintió esa información.
El atacante falleció como resultado de un explosivo que fue detonado por las Fuerzas de Seguridad a pocos metros de donde se encontraba. Usaron un robot para completar la tarea.
Un grupo de agentes lo había rodeado en el estacionamiento de El Centro Community College. El diálogo surgió como fruto de las negociaciones que mantuvieron durante horas para lograr que se entregue.
Ante la negativa del agresor a desistir, se desencadenó un intenso tiroteo, que concluyó cuando los oficiales enviaron el robot para detonar el explosivo. Brown explicó que era la única manera de frenar al tirador sin exponer más a sus hombres.