El Gobierno decidió proponer un fuerte gravamen al juego de azar con el que espera recaudar $ 6 mil millones para mejorar la reforma de Ganancias que envío al Congreso. La idea es que el impuesto se aplique a las máquinas tragamonedas, un punto que es parte del proyecto massista.
Otros cuatro cambios al proyecto oficial figuran en la propuesta que será sometida hoy al debate de la Comisión de Presupuesto, donde se prevé la firma del dictamen, para que se vote el próximo martes en Diputados. Se trata de la suba del 100% a los topes de facturación de los monotributistas, más la posibilidad de deducir el alquiler, el cónyuge y los viáticos. De esta manera, el Gobierno incorporó a su iniciativa pedidos de legisladores de Cambiemos y busca acercar posiciones con sectores opositores.
Las modificaciones se terminaron de gestar en una reunión en la Casa Rosada en la que participaron los diputados de Cambiemos Luciano Laspina (presidente de la Comisión de Presupuesto) y el radical Luis Pastori. Una alta fuente del bloque oficialista confió anoche a Clarín: “Con estos cambios tenemos 100 votos. Vamos a trabajar el fin de semana para que nuestro proyecto de Ganancias obtenga la mayoría”. Necesitan garantizar al menos 129.
Los cambios son cinco: Impuesto a los juegos de azar: había consenso oficial de darle un “sablazo” al juego. Se buscan una recaudación significativa, de $6 mil millones. Se gravaría no solamente el capital, es decir las máquinas tragamonedas, unas 80 mil operativas en el país según un relevamiento que hizo la AFIP este año, sino las propias apuestas. El objetivo recaudatorio es más ambicioso que el cálculo que había hecho el massismo, impulsor de gravar “la timba”, que había estimaba unos $ 2.700 millones.
Monotributo: la suba del tope de facturación un 100% se incluirá finalmente en el proyecto de Ganancias, aunque podía hacerlo la AFIP por resolución. Con la suba mucha gente permanecerá o regresará al régimen simplificado en lugar de pasar -al haber excedido topes que no se actualizan desde 2013- al régimen general, afectado por IVA y Ganancias.
Alquileres: se podrá deducir hasta el 40% de lo que se paga anualmente, con un tope de $ 48 mil pesos. Era una propuesta de Elisa Carrió, y también del massismo.
Viáticos: se podrán deducir. Fue un pedido de varios gremios que tienen a los viáticos como componente relevante en su salario. No hay en cambio novedades con las horas extra.
Cónyuge: se reincorpora la posibilidad de deducción por esa vía (en monto similar a la de cada hijo). Era uno de los puntos más cuestionados del proyecto oficial, considerado “insuficiente” y “mezquino” por la mayoría de la oposición.
Con los cambios, el Gobierno se afirmó en su propio proyecto, sin buscar un acuerdo con la oposición. Hoy se reunirá la comisión, en la que habría al menos cinco dictámenes: de Cambiemos (sumaría la mayor cantidad de adhesionesj; del Frente Renovador; del FpV; del socialismo; y de la izquierda, el más radical, que postula la abolición de Ganancias en los salarios de convenio. El Bloque Justicialista de Oscar Romero y Diego Bossio, podría ir también con dictamen propio. Habrá que ver si hay realineamientos luego de la flexibilización introducida por la Casa Rosada. De lado massista reconocían ayer que no hubo negociación alguna.
Si el Gobierno no logra hacer votar su proyecto, confía que en el Senado los gobernadores peronistas pongan un límite. Eso movió a Massa a una reunión con el jefe de la bancada del FpV en esa cámara, Miguel Pichetto. “Nuestro proyecto grava la renta financiera, el juego, las mineras, no toca la caja de los gobernadores”, confiaron cerca de Massa.
El bloque de diputados del Frente para la Victoria presentará su dictamen en base a 24 proyectos de esa bancada. Quiere cambiar el nombre por “impuesto a los altos ingresos”. El ex ministro K Axel Kicillof sostuvo que el 10% de mayores ingresos debe estar alcanzado. Se pronunció en favor de gravar la renta financiera, cobrar retenciones y reponer Bienes Personales.
Por: Guido Braslavsky