Fue la advertencia más dura que se escuchó ayer en el despacho de la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley. “No nos obliguen a ir a los hipermercados”, dijo Daniel Menéndez, el líder de Barrios de Pie. Fue casi el único momento de tensión que se vivió durante el primer encuentro entre la ministra, representantes de la Iglesia y de las organizaciones sociales con mayor territorialidad. Los movimientos llevaron un reclamo unificado de cara a fin de año: un bono para beneficiarios de AUH que sea por hijo y no por grupo familiar, como propuso el Gobierno; actualizar los planes para cooperativas; un aguinaldo para planes sociales y la sanción de la ley de Emergencia Social. Stanley prometió respuestas concretas.
Las primeras podrían llegar el martes en el debut de una mesa formal y semanal de coordinación entre los movimientos sociales y el ministerio Desarrollo Social. La ministra no se sentará a esa mesa, pero sí estará el secretario de Articulación Institucional, Carlos Pedrini, que concentra las negociaciones periódicas con las organizaciones y ayer fue el único funcionario que acompañó a Stanley. Muy probablemente se sumen el subsecretario de Vivienda Iván Kerr y de Promoción Social Gustavo Pazos. La ministra volverá a sentarse con los referentes de las organizaciones en la segunda semana de noviembre, luego de que éstos participen de una reunión en el Vaticano con el Papa.
Las organizaciones esperan soluciones antes. “Diez días es atendible, la pelota está del lado del Gobierno. Se perdió mucho tiempo”, evaluó Menéndez en diálogo con Clarín. De todos modos, el líder de Barrios de Pie calificó como “un salto cualitativo” la institucionalización de una mesa de diálogo. Lo acompañaron en la cita en el piso 14 del ministerio, Fredy Mariño, de la Corriente Clasista Combativa; Esteban Castro, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP); Emilio Pérsico, del Movimiento Evita y Sergio Sánchez; de Trabajadores Excluidos (MTE); entre otros. Los grandes ausentes fueron los movimientos sociales vinculados a la Izquierda y al kirchnerismo duro.
A pesar del abanico amplio, el reclamo fue el mismo: juzgan como irrisoria la propuesta de un bono de mil pesos por grupo familiar para beneficiarios de AUH. Stanley está de acuerdo, pero el pedido excede a su presupuesto. “Trasladará la inquietud al Presidente”, dijeron. El Gobierno entregó un bono para beneficiarios de AUH y de jubilación mínima ($400) en diciembre y ($500) en mayo. El aguinaldo para planes sociales es otro de los reclamos. En el Gobierno ven con más viabilidad la posibilidad de actualizar el monto de Argentina Trabaja y Ellas Hacen. En Desarrollo Social lamentaron la velocidad con la que la Casa Rosada saldó la discusión con los mil pesos por grupo familiar. En tanto, el Ejecutivo encamina la discusión por un bono para privados y estatales.
Las organizaciones sociales tienen un aliado de peso: cuentan con el aval de la Iglesia. Ayer participaron de la reunión el Obispo Fernando Maletti, de la diócesis de Merlo y el Padre Adalberto Odstrcil, de la Pastoral Social. Los enviados de la Iglesia leyeron palabras del Papa a favor de la inclusión social. Francisco, de diálogo fluido con la CTEP, había tenido palabras elogiosas para Stanley. Los religiosos, al igual que los movimientos, confluyeron en el pedido de herramientas para luchar contra las adicciones y de insumos para comedores. Además podrían ayudar al ministerio a relevar a familias, que no perciben remuneraciones.
En el Gobierno piden a los movimientos que moderen reclamos y sobre todo su presencia en la calle; de ahí el objetivo de institucionalizar el diálogo. “No creemos en la teoría del derrame. El crecimiento por sí mismo, no va a solucionar los problemas estructurales”, reiteró la ministra, que aspira a que la mesa continúe funcionando luego de diciembre. Por ahora ganaron tiempo. “Vimos voluntad. Veremos si cumplen”, valoró Sánchez, del MTE. Luego del encuentro, varios de los presentes llamaron para desmarcarse de la advertencia del líder de Barrios de Pie.
Por: Guido Carelli Lynch