El gobierno logró dictamen de Ganancias sin apoyo opositor

El oficialismo ratificó su plan de gravar al juego y meter otros cambios. Aún así, está lejos de los votos que necesita.

La reforma de Ganancias quedó lista para ser tratada en el recinto de la Cámara de Diputados el próximo martes, luego del debate ayer en la comisión de Presupuesto que concluyó con la firma de cinco dictámenes. El de mayoría fue el de Cambiemos, con las cinco modificaciones al proyecto oficial adelantadas ayer por este diario: un fuerte gravamen al juego de azar; inclusión de deducciones por alquileres, por cónyugue y por viáticos (un viejo pedido de varios gremios de la CGT), y una suba finalmente del 50% de los topes de facturación del monotributo.

Para financiar el costo fiscal de las nuevas deducciones, se propone un “sablazo” al juego: un gravamen directo al “capital” es decir a las 80 mil máquinas tragamonedas que funcionan en el país, y otro impuesto indirecto a la ficha-apuesta de 0,75%. El Gobierno estima recaudar unos $5.700 millones por esta vía. Hubo una fuerte movilización de protesta al Congreso motorizada por los sindicatos del juego, que denuncian que se perderán miles de fuentes de trabajo.

La suba de los topes del monotributo (que no se tocan desde 2013) permitirán que más personas sigan en el régimen simplificado sin pasar al excederse al régimen general, donde afrontan IVA y Ganancias. Pero vendrá acompañada -siempre si triunfa la propuesta oficialista- de una “actualización” del componente impositivo del monotributo (que hace años no se modifica, el kirchnerismo recaudaba más al no tocar escalas y obligando a la gente a subir de categoría) con el que el Gobierno espera recaudar unos $1.500 millones adicionales.

El Gobierno dio marcha atrás y subió sólo 50% los topes del monotributo, cuando anteanoche en reunión de interbloque Cambiemos habían anunciado que sería 100%. Por eso, hubo una mini rebelión de los radicales, que terminaron firmando el dictamen en disidencia parcial. “Fue un gesto nada más”, minimizó un diputado de la UCR.

Por la conformación de la comisión de Presupuesto, que preside el macrista Luciano Laspina, el segundo dictamen en minoría fue del FpV, defendido por Axel Kicillof, con la propuesta de renombrar Ganancias “impuesto a los altos ingresos”, a cobrar al 10% de los trabajadores registrados que ganan más. Después siguieron los dictámenes del Frente Renovador de Sergio Massa junto al peronismo del bloque Justicialista y la socialista Alicia Ciciliani; del Frente de Izquierda, y del aliado K Carlos Heller.

En ese orden deberán ponerse a consideración en el recinto el martes. Todos podrían caerse y no haber reforma. Pero, aunque el oficialismo aparece endurecido y salvo gravar el juego, rechazó impuestos a la minería o a la renta financiera que reclama el massismo, se esperan negociaciones el fin de semana para buscar un acuerdo.

“La preocupación de Laspina fue frenar la creación de malos impuestos y preservar el costo fiscal del proyecto. Eso impidió acercar posiciones. Pero no están rotos los canales con la oposición”, dijeron a Clarín fuentes de la Casa Rosada.

Al massismo se lo vio prudente, pese a las diferencias relevantes. “La clave es no incorporar más trabajadores a Ganancias en 2017”, definió Marco Lavagna como trazando un límite para un eventual acuerdo. A su lado, la socialista Ciciliani enfatizó lo mismo. Y los peronistas Oscar Romero y Sergio Ziliotto sostuvieron que este proyecto conjunto es “serio, viable” y da “tranquilidad fiscal a los gobernadores” en un impuesto -Ganancias- que se coparticipa. Todos insisten en gravar la renta financiera, un bache que aparece insalvable con el Gobierno.

Fuentes de Cambiemos confiaron que “estamos lejos de ganar en el recinto”. Laspina pidió fijarse no en el mínimo no imponible sino en “la revolución” que significa el cambio en las escalas. Dijo frente a las cámaras: “Estamos bastante más cerca de lo que pedía la oposición. Vamos a ver de acá al martes”.

Por: Guido Braslavsky