“Todavía no tengo decidido si voy a volver a Etiopía o quedarme en otro país”, había dicho el maratonista etíope Feyisa Lilesa, ganador de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos Río 2016, minutos después de denunciar que podría terminar “preso” o “muerto” por protestar en contra del Gobierno de su país. Tras varias horas de silencio oficial, un vocero gubernamental de Etiopía habló de las acusaciones y aseguró que el atleta no sufrirá ningún tipo de castigo cuando regrese.
“A pesar de que está prohibido expresar una postura política en los Juegos Olímpicos, el atleta tendrá una bienvenida junto los otros miembros del equipo olímpico de Etiopía”, declaró Getachew Reda, portavoz oficial, en diálogo con el medio estatal Fana Broadcasting Corporate. Y, además, aclaró que no sufrirá “ningún problema”.
Qué había sucedido
Lilesa fue la gran atención del maratón del domingo, pese a no haber sido el ganador. El etíope cruzó la meta haciendo un gesto con sus manos como si estuviera esposado y lo volvió a repetir en conferencia de prensa, cuando también explicó el motivo de su reclamo.
“Si vuelvo, sé que podrían encarcelarme o incluso matarme”
“Fue una protesta, porque soy oromo, y en Etiopía los oromo somos reprimidos por el Gobierno. Nos matan y nos encarcelan, somos sospechosos por el simple hecho de ser oromo. Tengo parientes presos y llevaré la protesta de mi gente allí adonde vaya”, fue su denuncia.
Y agregó: “En Etiopía hay 15 millones de oromo y el Gobierno nos obliga a dejar nuestras tierras, nos encarcela, nos mata. Yo les pido que ustedes, los periodistas, que hablen de la democracia que no existe en mi país, y de los intereses económicos que apoyan la represión de los oromo”.
Por último, Lilesa había condesado que temía por su vida. “Si vuelvo, sé que podrían encarcelarme o incluso matarme, es algo que ya he discutido con mi familia. Pero yo represento a mi pueblo y creo que debo dar a conocer lo que nos pasa”.
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