Después de conseguir USD 16.500 millones en abril para pagarle a los holdouts, algo que marcó el retorno del país al mercado de capitales internacional después del default de la deuda, el Ministerio de Hacienda y Finanzas realizó una “sorpresiva” colocación de deuda en el exterior. La operación “express” permitió captar USD 2.750 millones mediante la emisión de 2 bonos, a 12 y 20 años de plazo.
Hacienda terminó convalidando una tasa de 6,6625% para el título a 12 años y de 7,125% para el bono a 20 años. En el desagregado, capó USD 1.000 millones a través del título a 12 años y los restando USD 1.750 millones con la especie a 20 años.
Los bonos cotizarán en Luxemburgo (la puerta de ingreso para los inversores europeos), el Merval y el MAE en la Argentina, y en el MF Euro también el Luxemburgo. No lo harán en EEUU a pesar de que fueron títulos con ley Nueva York en dólares.
El Gobierno prácticamente no pudo reducir los Initial Pricing Thoughts (IPTs), como se conoce en la jerga financiera a la guía inicial de tasas, un parámetro para que el mercado sepa a qué costo máximo está dispuesto a salir un país.
Según le dijeron fuentes del Hacienda, la colocación se realizó con el “único” objetivo de conseguir dólares para repagar los cupones atados al PBI.
Según estimaciones del propio Ministerio de Hacienda y Finanzas, la oferta podría ahorrar unos USD 9.400 millones al Tesoro. Esa cifra surge de comparar los USD 13.800 millones de deuda contingente que representan los cupones de PBI con los aproximadamente USD 4.400 millones que significarían la recompra a los precios de las opciones ofrecidas.
El Gobierno todavía tiene un excedente de dólares. La diferencia entre el monto que recolectó en abril para pagarle a los holdouts y lo pagado a los acreedores fue del orden de USD 7.200 millones: Esos dólares fueron directos a las arcas del Banco Central y se destinarán -según dice Hacienda- principalmente al financiamiento de obras de infraestructura.