En el medio del intenso año electoral que se vivió en 2015, uno de los grandes temas de debate fue, justamente, qué hacer con los debates presidenciales. En un país que nunca ha tenido una tradición oficial de las discusiones entre los aspirantes a la Casa Rosada, los debates podrían quedar regulados una vez que se apruebe la nueva ley de reforma política en la que trabaja el gobierno desde hace meses.
El objetivo es garantizar la discusión entre los candidatos. Al menos ese es uno de los ejes, aunque no central, de la ley de reforma política en la que ya trabajan desde el gobierno.
En la subsecretaría de Asuntos Electorales que depende de Ezequiel Fernández Langan buscan que los debates electorales sean regulados.
El año pasado, los debates electorales quedaron en el eje de la discusión cuando el entonces candidato a presidente por el Frente para la Victoria,Daniel Scioli, se negó a participar del encuentro organizado por la ONG Argentina Debate, donde participaron todos los aspirantes.
En los últimos años, las elecciones presidenciales en la Argentina no se caracterizaron por incluir a los debates como uno de los temas clave en la agenda electoral. De hecho, la mayoría de las discusiones han sido en canales de televisión, y principalmente para las elecciones en la Capital Federal y no a nivel nacional.
A nivel nacional se trabaja en la reforma política, basada en tres ejes centrales: boleta única, calendario electoral acotado y un órgano independiente que garantice mayor transparencia. En la Ciudad, el Ministerio de Gobierno que conduce Bruno Screnci Silva trabaja en una reforma similar, que sería tratada este año y contaría con el respaldo de la mayoría en la Legislatura porteña.
La idea de regular los debates presidenciales – un tema incluido tanto en Nación como en Ciudad – nació a partir del escándalo que se vivió el año pasado con la organización del debate presidencial. Hernán Charosky, de la ONG Argentina Debate, que organizó los dos encuentros en la Facultad de Derecho, hoy es subsecretario de reforma política en la Capital Federal.
Charosky aseguró que la idea de regular los debates no apunta a que existan sanciones para quienes no participan. “La idea es incentivar, no que se apliquen sanciones, porque no es la mejor manera”. Y aseguró que “hacer del debate una obligación con sanción no es la mejor manera”, y sostuvo que “no hay ningún país que tenga debate obligatorio”. “Cuando tuvimos debates, fue porque hubo un nivel alto de cooperación entre los candidatos”, puntualizó.
Por Agustín Gulman