A pesar de que el Gobierno dice que la inflación está cediendo, ahora autorizó un tarifazo que volverá a golpear con dureza en el bolsillo de los misioneros. El valor del agua potable se incrementará 19% a partir de este mes y se verá reflejado en la boleta que llegará a los hogares en los primeros días de julio.
El presidente del Ente Provincial Regulador de Agua y Cloaca (Eprac) José “Pepe” Guccione señaló que va a haber un incremento desde junio que irán en la factura del mes de julio. El incremento es de 19%”.
Durante el acto del 20 de Junio en Candelaria, Guccione justificó la decisión en que “estamos tratando de acercarnos a lo que en su momento habían pedido (las cooperativas y Samsa) por el aumento de la electricidad”.
“No podemos llegar a los pedidos que ellos hacían pero sí había un compromiso del gobernador de no dejar que tengan deudas muy grandes con las empresas de electricidad”, señaló el funcionario que depende directamente del Gobierno provincial.
La autorización del Gobierno que conduce Hugo Passalacqua rige tanto para Samsa como para las cooperativas del interior. Uno de los argumentos que se escuchan en este momento es “la quita de subsidios de la Nación a la energía eléctrica”.
Guccione, titular del Eprac, señaló que la quita de subsidios a la energía eléctrica del Gobierno nacional “incide de manera negativa en los costos” del bombeo del vital líquido. La empresa Samsa ya había solicitado con anterioridad la autorización para aumentar la tarifa. Se iba a aplicar en abril pero se demoró dos meses.
También se justifica en que el servicio de agua potable no recibe ningún tipo de subsidio directo de la Nación, ni de la Provincia, es por eso que señalan que el aumento de los costos tiene directo impacto en la suba de la tarifa. En las cooperativas del interior el porcentaje de aumento sería el mismo.
La medida no caerá para nada bien en los usuarios porque en los últimos meses hubo varias denuncias provenientes de diferentes barrios sobre las numerosas falencias del servicio.
Esto ocurrió principalmente en el verano, cuando la demanda se incrementa y surgen reclamos por cortes en el suministro, sobre todo en barrios del Sur Capitalino como Santa Helena, Ñu Porá, Fátima y aledaños. También hubo casos en amplias chacras de la zona de Itaembé Miní y el microcentro posadeño.
Al igual que ocurre con los tarifazos de la luz, en el caso del agua potable, no se explica cuál es el criterio que emplea el gobierno para ceder a los pedidos de la empresa.
Se escucha que el incremento en sus costos de producción y los insumos, pero no hay transparencia para conocer cuánto influyen esos costos en el total de la tarifa.
Por otra parte, tampoco hay respuesta a los reclamos permanentes de los vecinos y automovilistas por los baches que se generan en las calles luego de los arreglos que realiza la empresa en sus caños de agua.
Quedan calles y avenidas rotas, reparaciones en mal estado que no resisten el paso de los vehículos y además constituyen un riesgo para los conductores y motociclistas. Estos defectos no se reclaman al momento de autorizarle un nuevo incremento.