“Me puso siete u ocho inyecciones y luego me extrajo ocho dientes en una misma cita. Quedé chorreando sangre durante tres días”. Es terrible y sólo es una de de las declaraciones de las 100 víctimas del holandés Mark Van Nierop, apodado el “dentista del horror” por la prensa francesa.
Van Nierop compareció esta semana ante la Justicia de Francia para responder a la acusación de haber mutilado las bocas de un centenar de personas entre 2008 y 2012 en la pequeña localidad de Château-Chinon, que tiene una población de unos 3.000 habitantes. También se lo acusa por falsificar documentos y estafar a más pacientes.
Los debates en el tribunal de Nevers, región central de Francia, empezaron con un examen de la personalidad del dentista. Van Nierop, de 51 años, trató de esquivar las primeras preguntas del juez Thierry Cellier. Molesto por sus “elucubraciones”, éste lo llamó “al orden”, al considerar sus respuestas “muy ambiguas”.
¿Actuó por dinero o patología? Según un peritaje psicológico presentado al tribunal, el acusado sufre de una “patología narcisista” que le hace perder “todo sentido moral”. Otro experto recalcó, en cambio, que tenía “perfecta conciencia de sus actos”.
El “dentista del horror” se instaló en 2008 en Château-Chinon, región este de Francia, y abrió un consultorio ya que allí los servicios de salud son escasos.
Irregularidades de facturación de sus cuentas hicieron sospechar a la Seguridad Social y a varios de sus pacientes, mientras empezaban a acumularse las demandas.
Entre las víctimas figura Nicole Martin, que cuenta que el dentista le “desvitalizó dos dientes sanos y le extrajo otros dientes a causa de un absceso”. Martin formó una organización de víctimas. En total fueron censadas 120.
Sylviane Boulesteix, de 65 años, consultó al dentista en marzo de 2012 para ponerse un puente. “Me puso siete u ocho inyecciones, me arrancó ocho dientes de una vez y me puso la prótesis directamente”, cuenta.
Géraldine Letot, de 36 años, consultó a Van Nierop por una caries. “Varias visitas después, me dolían trece dientes”, cuenta.
Una de sus antiguas asistentes afirmó en una declaración, leída por el juez, que el objetivo del dentista era “ganar mucho dinero”. “¿Ama usted el dinero?”, le preguntó el juez. “Sin comentarios”, se limitó a responder el acusado.
Pero el dentista reconoció que había realizado a pacientes tratamientos que no corresponden a las “reglas de la odontología”.
A fines de 2013, ya imputado y bajo control judicial, el holandés huyó a Canadá, donde fue detenido en septiembre de 2014, y donde intentó suicidarse.
Expulsado a su país, Holanda, Van Nierop “dijo allí que había matado a su primera esposa, fingió locura, se declaró transexual… Lo intentó todo” para evitar ser extraditado a Francia, afirma Nicole Martin.
Joseph-Oudin, abogado del colectivo de víctimas, afirmó que este proceso debe permitir “comprender cómo pudo llegarse a tal desastre”.
En Holanda, Van Nierop había sido objeto de sanciones discipliarias a raíz de demandas de sus pacientes. En Francia, podría permanecer en prisión por más de diez años y enfrentar 150.000 euros de multa.Su proceso durará hasta el 18 de marzo.