Cientos de turistas y curiosos se agolpaban en el puerto de Barcelona para ver llegar al mayor barco de pasajeros de todos los tiempos: el Harmony of the Seas, el nuevo crucero de Royal Caribbean de 362 metros de eslora y más de 225.000 toneladas de peso. Un buque que no ha pasado desapercibido para los vecinos de Saint-Nazaire, la localidad francesa donde fue construido por más de 5.000 expertos y donde elevó anclas para iniciar su viaje hacia Vigo. Fue su primera aparición pública, seguida de una escala en Málaga hasta llegar a Barcelona, la elegida para recibir a los primeros pasajeros que disfrutarían de cuatro días a bordo.
En su interior les esperaban siete originales vecindarios, 18 cubiertas a distintos niveles, jardines con miles de especies de plantas y diferentes zonas de ocio. Entre su oferta de restauración, el crucero cuenta con 20 restaurantes de gastronomía variada donde destaca el Jamie´s Italian, del conocido chef Jaime Oliver; o el Bionic Bar, donde los cócteles son elaborados y servidos por robots. Esta especie de Titanic del siglo XXI cuenta con tecnología realmente curiosa. Por ejemplo incluye balcones virtuales en los camarotes interiores, unas pulseras con las que los pasajeros pueden conocer la oferta de ocio en tiempo real y la posibilidad de navegar por internet con la conexión más rápida en altamar.
Los cruceros suelen disponer de múltiples actividades de ocio para entretener a los pasajeros. En el Harmony of the Seas no podía ser de otra manera también cuentan con gigantescos elementos de ocio, como el tobogán acuático más alto a bordo de una embarcación, tres toboganes cubiertos con forma de caracol, una tirolina de 25 metros e incluso un simulacro de surf de más de 12 metros. Por si fuera poco su interior también dispone de un minigolf, una pista de hielo, un casino y un gran teatro que permite alojar a 1.400 personas.
Con una capacidad para 6.780 pasajeros y 2.300 tripulantes, el Harmony of the Seas es al mayor barco de pasajeros del mundo, título que hasta ahora ostentaba su hermano el Allure of the Seas, perteneciente a la misma compañía, la Royal Caribbean. La nueva apuesta de la naviera zarpará desde el puerto de Barcelona para surcar el Mediterráneo en viajes de siete días de duración durante todo el verano haciendo escala en Marsella, La Spezua, Roma y Nápoles. Una vez terminada la temporada, el crucero será trasladado hasta el Caribe donde tendrá su base de operaciones e iniciará una nueva ruta.