Es uno de los discos más importantes dentro de la historia del rock. Con su salida, Metallica se transformaría en estrellas de la música. “Se alinearon un montón de planetas. Eran las canciones correctas, con el productor adecuado, con una nueva actitud, con el enfoque apropiado en el estudio y en el momento justo”, describió Lars Ulrich, baterista de la banda, en el documental “Classic Albums: Metallica – The Black Album” (2001).
Un trabajo cargado de grandes canciones como “Nothing Else Matters” o el exitoso y poderoso “Enter Sandman”. La banda californiana se alejaría del metal tradicional para encontrar nuevos sonidos. La crítica y el público respondió de la mejor manera: un material que se posicionó en los primeros lugares de las listas de ventas y que llegó a vender desde su salida cerca de 20 millones de copias.
Para su salida, el grupo contaba con 10 años de carrera. Tras la muerte del bajista Cliff Burton en un accidente de tránsito, en 1986, la formación compuesta por Ulrich, Hetfield y el guitarrista Kirk Hammett sumó a Jason Newsted para publicar el disco …And Justice for All (1988) antes de meterse en el “Black Album”, conocido así popularmente por su portada negra pese a que el título oficial es “Metallica”.
Durante nueve meses desde octubre de 1990 a junio de 1991, la banda se encerró en un estudio de Los Angeles junto al productor Bob Rock, que había trabajado con The Cult y Mötley Crüe donde apostó a darle un nuevo aire al grupo, donde los días de grabación se volvieron complicados por las ideas buscadas.
“Nothing Else Matters”, es una de las canciones más reconocidas de la obra de Metallica, encontró el camino que quería tomar el grupo. “Enter Sandman” fue otro de los éxitos del disco, cargada de un poderoso riff, y que fue acusada de plagio por parte del grupo Excel por su tema “Tapping into the emotional void” del álbum The joke’s on you.
Un disco que se mantiene vigente con el paso de los años.