Siempre que buscamos un auto usado en la web, nos surge la duda sobre la veracidad de la información que publica el vendedor. ¿Tiene realmente ese kilometraje? ¿Estará de verdad “en muy buen estado”? ¿Nunca habrá sufrido un accidente? Todas estas preguntas aparecen porque en los avisos suele describirse el auto a vender como el “mejor del mundo”.
Pero hay excepciones, sino presten atención a este: “Vendo mi auto porque me arruinó la vida. A la semana de tenerlo ya tuve mi primer golpe, aunque sin mayores consecuencias como puede ver en el paragolpes ya que no me he molestado en arreglarlo”, dice la dueña de un Fiat 500 rojo.
“Una vez lo dejé durante cinco horas sin vigilar en Brixton cuando estaba en una rave y cuando volvimos encontramos una lata de cerveza en el capot, lo que dejó un arañazo y, aunque tampoco lo arreglé, se disimula fácilmente con pegamento”, continúa el relato.
Para esta mujer británica, su 500 es “ideal para adolescentes”, pero tiene una pequeña contra: “Los hará pacientes porque no podrán superar los 128 km/h. Por encima de esa velocidad suena como si fuera a romperse”.
Y acá viene lo peor: “Después de convertirlo en un tobogán para mis hijos, el techo solar quedó atascado”, además de que el interior no huele para nada bien porque su perro “ha vomitado por todos los asientos”.
Al menos, la mujer dice la verdad y no esconde los defectos de su auto, pero así es difícil que alguien quiera comprárselo. El aviso, mientras tanto, fue retirado por la administración del sitio web al detectar el tipo de comentarios que generaba.