El gobierno de los Estados Unidos evaluará el mes próximo si la Argentina puede volver a exportar una serie de productos agrícolas y químicos a ese país sin pagar arancel, con un beneficio que el país había perdido en 2012 por no pagar sus deudas.
La Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, según su sigla en inglés), analizará el pedido de la Argentina y de otros países a fines del mes próximo, luego de cinco años de exclusión, registrado durante el kirchnerismo.
Según un documento conocido hoy, el USTR “considerá las peticiones para modificar la lista de artículos elegibles para tratamiento sin aranceles en el sistema generalizado de preferencias (SGP) y para modificar el estatus de ciertos países en desarrollo debido a sus políticas”.
Los países que serán evaluados desde el 26 de septiembre por pedido propio serán la Argentina, Ecuador, Georgia, Indonesia, Irak, Laos, Tailandia, Ucrania y Uzbekistán.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, dialogó con el jefe del USTR, Robert Lighthizer, quien podría venir a Buenos Aires en los próximos meses, para avanzar en el diálogo bilateral en materia comercial.
Además, hoy por la tarde en Washington habrá una reunión entre el secretario de Comercio, Miguel Braun, y su par norteamericano, Wilbur Ross, para tratar de destrabar una serie de exportaciones argentinas (como los limones y la carne vacuna) y el pedido de los EE.UU. de importar al país carne porcina, que es objetado por los productores locales. Por otro lado, se analizará la denuncia de dumping de los productores de biodiesel de ese país contra sus pares argentinos, en un caso grave ya que se trata del primer producto de exportación de la Argentina a los Estados Unidos.
El monto involucrado hasta 2012, cuando se expulsó a la Argentina del SGP, era muy bajo, de unos 30 millones de dólares, pero simbólicamente importante porque marcó uno de los puntos más bajos de la relación bilateral, a raíz del default de la deuda soberana y de la falta de pago a las empresas norteamericanas en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
La decisión del gobierno de Obama afectó en forma particular a productos como vinos, maní, quesos, frutillas, conservas de carne y aceite de oliva; en términos sectoriales, los principales perjudicados son los bienes agrícolas y los químicos.
En concreto, la exclusión de la Argentina del SGP se adoptó porque el gobierno de Cristina Kirchner se negaba a acatar un fallo del Ciadi para pagarle en los EE.UU. a las empresas Azurix y Blue Bridge, que le ganaron sendos juicios a la Argentina por un total de 400 millones de dólares a raíz de conflictos surgidos con la crisis de 2001.
El presidente de la Cámara de Exportadores (CERA), Enrique Mantilla, celebró esta revisión, aunque con cautela. “Nosotros pedimos en enero que se revea la exclusión de la Argentina con una presentación en Washington. Desde el punto de vista legal, hay una evaluación nueva y un pronóstico incierto. El monto involucrado depende primero de la capacidad argentina de exportar y también del crecimiento de los Estados Unidos”, dijo Mantilla a LA NACION.
En esa presentación, la CERA destacó que las políticas comerciales de la Argentina habían cambiado en forma sustancial desde 2016, al arreglar la situación con los acreedores, reducir las condiciones arbitrarias para el comercio exterior y con un importante giro en términos macroeconómicos.
En tanto, el analista de Research for Traders, Sebastián Maril, elogió el hecho de que “el presidente Trump revierta la decisión del expresidente Obama, por lo que Argentina podrá exportar a los Estados Unidos ciertos productos sin que estos abonen aranceles”.
El SGP es una herramienta de política comercial unilateral del Gobierno de los Estados Unidos cuyo objetivo consiste en promover el crecimiento económico de los Países en Desarrollo y de los Países Menos Adelantados (PMA), beneficiarios del programa.
La noticia se conoce antes de la llegada a Buenos Aires del vicepresidente de los EE.UU., Mike Pence, con una importante delegación de empresarios conducida por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, que se reunirán con el presidente Mauricio Macri, funcionarios de su gabinete y representantes del sector privado local, entre el martes y miércoles de la semana próxima.
La Argentina, que ha tenido un déficit comercial estructural con los EE.UU., salvo en el período 2004-2007, logró en 2016 un intercambio bilateral de US$ 11.466 millones, con un déficit de 2502 millones de dólares.
El rojo comercial se recortó en 2016 a la mitad respecto del resultado de 2015, pero se ubicó muy lejos del superávit de US$ 495,4 millones logrado por la Argentina en 2005, según las cifras procesadas por la Amcham Argentina.
Según un informe de Abeceb, las exportaciones a EEUU crecen 11,1% en lo que va del año, impulsadas por las ventas de biodiésel, que no se han frenado pese a las investigaciones por antidumping y subsidios que lleva a cabo Estados Unidos sobre el biodiésel argentino.
“Las importaciones en cambio crecen tímidamente (1,1%), resultando en un menor déficit externo: US$ 1245 millones en los primeros seis meses del año, frente a 1417 millones en el mismo período del año pasado”, indicó la consultora dirigida por Dante Sica.
Los principales sectores de exportación a EE.UU. son químicos, bienes agrícolas, metales y sus manufacturas, bienes de capital, minerales y combustibles y automotriz.
Las principales importaciones desde los Estados Unidos son químicos, bienes de capital, minerales y combustibles, autopartes, farmaceúticos y electrónicos.
Amcham destacó que los Estados Unidos sigue siendo el primer inversor extranjero directo en la Argentina, con un stock de US$ 19.800 millones, seguido por España y Holanda, respectivamente.