Una joven de 25 con trastorno bipolar identificada como “Jane Doe” era uno de los testigos clave en el juicio contra Keith Hendricks, el violador serial que había abusado de ella en Houston, Texas, en 2013. Pero en medio del juicio sufrió una crisis nerviosa y escapó del tribunal. La encontraron caminando en medio del tránsito y fue internada en un hospital psiquiátrico. Luego, el juicio fue interrumpido por la feria judicial y la fiscal solicitó que sea puesta bajo custodia por temor a que no regresara a la corte a concluir su testimonio, informó el canal KPRC 2.
“Jane Doe se encontró irremediablemente atrapada en una extraña trama digna de una novela de Kafka”, dice el escrito presentado por su abogado, Sean Buckley. Ella ” fue encerrada en el infierno de la cárcel del condado de Harris por el sólo hecho de ser una víctima de violación que lucha contra una discapacidad mental”.
Según la demanda que presentó contra el Sheriff del Condado de Harris y el fiscal de distrito, Jane dice que en los 27 días que pasó en la cárcel fue tratada como una criminal en lugar de una víctima de violación. La pusieron con los presos comunes y fue atacada por una presa y golpeada por un guardia. Además, no le dieron su medicación para tratar sus problemas psicológicos, indicó la radio pública NPR.
La fiscal de distrito, Devon Anderson, defendió la decisión de poner tras las rejas a la víctima. “Fue una decisión difícil y no había alternativas que hubieran asegurado la seguridad de la víctima y su aparición en el juicio”, afirmó en un video difundido en YouTube.
Sin embargo, para Sean Buckley, su cliente nunca debería haber sido encarcelada y se debería haber buscado otra solución.”La cárcel no es un lugar para una víctima de violación”, declaró Buckley.
El Sheriff Ron Hickman calificó el caso de “desafortunado” y dijo que la oficina del fiscal no avisó a las autoridades de la cárcel acerca de su condición de víctima y de su enfermedad mental.