Con el sol haciendo aún más pesados los 33 grados que azotaban el Spartans Stadium de San José, Lavezzi y Pastore salieron a trotar. Hasta ahí, lo que venían haciendo desde que se supo de sus desgarros, trabajando diferenciado y lejos de estar a la par de sus compañeros. Sin embargo, minutos más tarde, Olé fue testigo del cambio rotundo que se llevó a cabo: una pelota cada uno y a moverse con ejercicios de mayor intensidad.
Corridas con pelota, cambios de frente y movimientos en velocidad para probar los músculos afectados. Ambos respondieron en buena forma y la esperanza de verlos en acción en la primera ronda subió en un porcentaje importante. Entre tantas pálidas, dos buenas para el Tata.