El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles que inició el proceso para terminar el programa de asignación de visas de residencia por lotería, tras el atentado en Nueva York que dejó ocho muertos.
“Voy a pedir al Congreso que comience inmediatamente el trabajo para deshacernos de este programa”, afirmó Trump, que ya había pedido eliminar la lotería de visados antes del atentado. Al Programa de la Lotería de Visas de Diversidad pueden acceder naciones que tienen pocos inmigrantes en Estados Unidos.
“Estoy comenzando el proceso de terminar el ‘Programa de la Lotería de Visas de Diversidad'”, dijo Trump a periodistas. A su vez, agregó que “consideraría” enviar a la prisión de Guantánamo, ubicada en la isla de Cuba. Trump calificó el atentado en Nueva York como “horripilante” y cargó contra el autor del atentado, Safyullo Saipov, a quien tildó de “animal”.
El atacante de Nueva York dijo que está “orgulloso” del atentado que dejó ocho muertos en una bicisenda en el bajo Manhattan, según informaron fuentes de la investigación. Además, la policía indicó que el uzbeko de 29 planificó el ataque durante varias semanas y siguió “exactamente” instrucciones del Estado Islámico.
Saipov fue operado de emergencia esta mañana y se recupera de forma favorable tras la intervención quirúrgica. El FBI informó que interrogará al hombre para obtener toda la información necesaria sobre el funcionamiento de la célula del Estado Islámico en Estados Unidos.
De acuerdo a los informes policiales, Saipov, que manejaba una camioneta, irrumpió ayer a las 15 (hora local) en una bicisenda y atropelló a las personas que se cruzaron en su camino a lo largo de quince cuadras. Finalmente, el vehículo chocó contra un micro escolar. En ese momento el atacante se bajó armado y fue baleado y detenido por la policía. Ahora, el atacante está siendo interrogado en un hospital de la zona donde terminó internado después de una operación.
Una cárcel en plena Cuba
El expresidente Obama había prometido cerrar Guantánamo al poder y, aunque no pudo cumplir su promesa, consiguió reducir la población carcelaria de 242 a 41 presos con la transferencia de casi dos centenares de individuos a terceros países.
Durante la campaña electoral, Trump se mostró contrario a las liberaciones de presos y, además, prometió mantener y ampliar esa cárcel para llenarla, en sus palabras, de “tipos malos”.
La cárcel de Guantánamo llegó a albergar a 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush (2001-2009), tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Mientras, los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham urgieron al Gobierno de Trump a que el sospechoso del atentado en Nueva York sea tratado, “retenido e interrogado” como un “combatiente enemigo”, sin que le sean leídos sus derechos básicos, conocidos como “Miranda Rights”.
En un comunicado, McCain enfatizó que ataques terroristas como el de Nueva York y los ocurridos en los últimos años en lugares como San Bernardino (California) y Boston deben ser considerados “actos de guerra” contra EE.UU.
