Disciplina vs método: ¿cómo cumplir tus sueños?

El psicólogo Gervasio Díaz Castelli ofrece algunas claves para entender el esfuerzo que lleva alcanzar las metas más deseadas

Toda persona que quiera llegar a algo en determinada área de su vida, tiene que insistir en ello; tiene que poder sostener eso que emprende desde un esfuerzo cotidiano y trabajar para lograr sus objetivos. Ese “sostener”, puede tener que ver con ser un buen albañil, o con estudiar una carrera, o con lograr algo en algún deporte; con ser un buen artesano o artista plástico, o con tener un almacén. Es decir, lo que sea, pero para tener un grado de desarrollo en una actividad y disfrutar de ser bueno en eso hay que ser insistente y ¿disciplinado? A mí me gusta más decir “metódico”.

La disciplina puede no tener ningún objetivo, ninguna meta: cuando éramos pibes nos hacían tomar distancia en la fila -un brazo de distancia- y tantas cosas que son eso, disciplina, pero sin ningún sentido real; sería el orden por el orden mismo. A ver: no se puede entrar al aula en desorden. Las sociedades funcionan con ciertas normas que regulan los vínculos humanos, lo aceptamos: pero a veces notamos que es disciplina sin nada alrededor, y eso se transforma en una cáscara vacía.

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Otra cosa es el método. Si yo quiero correr una maratón de cuarenta y dos kilómetros, si ese es mi deseo ¿Voy a tener que ser disciplinado para entrenar? No, voy a recurrir a un método. Hay un camino de entrenamiento para eso, pasos a seguir, formas; ejercicios que se pueden hacer y otros que no, en función de ese objetivo. Ahí prima la voluntad para salir a entrenar cada día, pero para mejorar y para poder hacerlo bien, sin lesionarme y disfrutando, tengo que seguir un itinerario.

El talento sin método naufraga

Hay mucha gente talentosa en el mundo, verdaderos artistas, grandes atletas, gente apta para lo que se les ocurra. Pero están llenos de frustraciones ¿por qué? Por qué no son metódicos, con talento o “condiciones para” o potencialidades no alcanza. Si yo quiero llegar a escribir bien, voy a tener que hacerlo todos los días, aunque sea una página, corregir, hacer leer mi producción a otro, estudiar ciertas reglas gramaticales y ortográficas, leer mucho. En fin, voy a tener que seguir un camino que apunte a realizar ese deseo de ser un buen escritor, que es mi pasión.

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El trabajo con las pasiones

Muchas veces recibo consultantes con talentos descomunales, admirables realmente, pero trabados en su desarrollo, pues no han logrado encauzar sus potencialidades. Y cuando eso no ocurre, hay naufragio de pasiones y deseos. Esto que estamos pensando vale para todos los órdenes de la vida, hasta en lo afectivo; bueno, ahí la cosa metódica está más camuflada, pero está. Uno, como terapeuta, trata de hacer entender esto, solemos ser muy insistentes con nuestros pacientes con la importancia de la voluntad y lo metódico para construir cosas en la vida. Pero bueno, ustedes saben, los seres humanos somos animales medio complicados, y siempre luchamos contra fuerzas que atentan contra lo mejor de nosotros.

Por Gervasio Díaz Castelli