Muchas veces la línea entre el amor y el apego es muy delgada, y al estar dentro de la relación no vemos con claridad lo que sucede alrededor, aunque la diferencia entre uno y otro sea en realidad muy evidente.
1. El amor es desinteresado; el apego es egoísta
Cuando amamos, el otro se convierte en la persona más importante de nuestra vida y siempre procuramos su bienestar. Cuando se trata de un apego, la razón para estar con alguien más obedece más a la necesidad de no estar sola.
2. El apego es tóxico; el amor es aceptación
Estar apegado a alguien es necesitarlo, es sentir bienestar únicamente en su compañía y sentir que no se puede vivir si no es a su lado. Cuando hay amor, cada uno se siente en completa libertad de ser quien es en su máximo esplendor, y es feliz por su propia cuenta.
3. El amor es confianza; el apego es ansiedad
Cuando hay apego, siempre se esconde el miedo latente de que la pareja se vaya y nos abandone, y hay una sensación de ansiedad al pensar en el futuro. Cuando amas, aceptas el hecho de que pasa simplemente lo que debe pasar, y no temes a lo que el futuro tenga para ti.
4. El apego controla; el amor libera
El apego es un tanto manipulador y tiende a querer controlar al otro: su comportamiento, sus amistades, conductas y hasta sus planes a futuro. Cuando se trata de amor real, las parejas se aceptan y animan al otro a que sean genuinos y no teman a mostrarse con todas sus fortalezas y debilidades.
5. El amor es pasión; el apego es apatía
El amor es el sentimiento más enérgico que puede existir, y parte de esa energía se manifiesta en la pasión que está presente en una relación verdadera, en todas sus variantes. Cuando existe un apego no hay sentimientos apasionados, sino ansiedad, paranoia o irritación.
6. El amor es mutuo crecimiento; el apego es un lastre
Cuando hay amor, la pareja crece a la par y trabaja en equipo para ser la mejor versión de sí mismos. En el apego hay una fuerte necesidad de control y falta de habilidad para resolver los problemas, lo que puede causar una dependencia innecesaria sobre la pareja y convierte a cada uno en una pesada carga para el otro.
7. El amor empodera; el apego busca el poder
El amor nos hace pensar que no hay nada imposible cuando estamos con el ser amado. Da una fuerza y un sentimiento de libertad desconocidos hasta ese momento, y nos hace sentir que estamos listos para conquistar el mundo. Por otro lado, cuando es más fuerte el apego, la relación se convierte en una interminable lucha de poder en el que ninguno desea quedarse atrás o sentirse en desventaja.
8. El amor es eterno; el apego caduca
Cuando se ama, independientemente de que funcione o no la relación, esa persona se convierte en el amor de tu vida. Cuando se trata de sólo un apego, el cariño tiene fecha de caducidad, siempre se mantiene en suspenso y condicionado a la forma en la que la relación se dé.
9. El amor no es fácil; el apego sí
El apego siempre será fácil por la simple y sencilla razón de que no es amor real, sino una serie de pequeñas inseguridades y expectativas depositadas en la pareja. Cuando hay un compromiso, como sucede cuando se ama en su totalidad, la relación no se desarrolla de una forma fácil. Hay desacuerdos, lágrimas, momentos duros y peleas. Y al final siempre hay una aceptación, aunque duela, porque sabes que el amor está ahí, para siempre.
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