Didier Deschamps es el hombre que llevó a Francia al segundo título mundial de su historia. Y fue gran protagonista en los dos. En 1998 era el capitán del equipo que se consagró en Paris y hoy es el artífice de un equipo que se coronó con absoluta justicia en el Mundial de Rusia 2018.
El seleccionador de 49 años se metió en el exclusivo club de los campeones del mundo como jugador y técnico. El primero en lograrlo fue el brasileño Mario Zagallo: campeón en el Brasil de Pelé en 1958 y 1962 y luego como entrenador en 1970. Posteriormente lo hizo el alemán Franz Beckenbauer: en 1974 como capitán del seleccionado y en 1990 como director técnico. Hoy le toca a Deschamps.
Como futbolista era mediocampista central de características defensivas. Tenía una gran personalidad y muy buen juego. Se retiró en 2001 en el Valencia y de inmediato arrancó su carrera como entrenador en el Mónaco. Luego, dirigió a la Juventus y el Olympique de Marsella. Hasta que en 2012 asumió la conducción de la Selección francesa.
En el Mundial de Brasil 2014 la Francia de Deschamps llegó a cuartos de final donde perdió 1 a 0 contra Alemania, que luego sería campeón. En la Eurocopa de 2016 perdió el título en la final ante Portugal. Hoy, llegó la revancha. Porque el fútbol siempre le da revancha a los procesos de trabajo bien conducidos.
El gran mérito de Deschamps fue conducir con éxito la renovación del seleccionado francés y sacarle provecho a talentos jóvenes como Mbappe, Pogbá, Umitti, Hernández y Pavard. Le dio un estilo definido al equipo: transiciones rápidas, velocidad y mucha potencia ofensiva. Y hoy es campeón del mundo.