Pues sin duda, los pequeños detalles, el cariño que ponemos en las cosas, la ilusión y el mimo que aunque parezca mentira, se nota muchísimo en el resultado final.
Un cojín colocado cuidadosamente sobre el sofá, una bolsa de tela para el pan, una vela iluminando la pared, una aromática taza de café, recipientes originales para servir cualquier cosa, perfumes decorativos sobre la mesa, unas toallas dobladas con amor, unas flores frescas…