Una vez que nos fueron infieles, el dolor aparece de forma aguda y dramática, representando un poderoso ataque a la autoestima, al sentimiento de identidad como individuo y como pareja. Aparece la desconfianza, el control, las inseguridades y la sospecha permanente sobre el otro. Todo esto perjudica gravemente la relación.
En consulta, habitualmente, la persona se pregunta, ¿por qué me ha hecho esto?, ¿ya no me quiere?, ¿por qué ha pasado?, ¿hice algo mal?, ¿soy culpable de la infidelidad, o podría haberlo evitado?, ¿seré capaz de perdonar?, ¿quiero seguir con la relación?, etc.
Es habitual que el entorno más cercano, por intentar ayudar, opine, juzgue e incluso nos digan qué debemos hacer. Pero es importante que en un primer momento nos demos tiempo para que la rabia inicial no nos haga decir o tomar decisiones equivocadas.
¿Puede recuperarse la confianza después de una infidelidad?
No es tarea fácil, pero hay algunos aspectos que pueden ayudarnos a conseguirlo:
• Gestión del shock inicial y la rabia. Canalizar las emociones de forma adecuada y sin perder los papeles puede resultar difícil, es inevitable que en muchas ocasiones el llanto y la rabia nos invadan y explotemos. Escribir es una buena estrategia para que la rabia empiece a disminuir. Escribir todo aquello que nos pasa por la cabeza: dudas, sentimientos, dejar que la emoción fluya sin miedo…
• Poner el termómetro a la relación. Es un buen momento para analizar cómo estaba la relación antes de la infidelidad, y qué podemos hacer ahora para mejorarla. Siempre ambos podemos hacer algo diferente para cambiar lo que antes no funcionaba.
• Poner a dieta los celos. Dejar de alimentar el control: mirar su teléfono, sus redes sociales… Intentar evitar hacer un interrogatorio cada vez que entra por la puerta. Para todo esto es imprescindible la colaboración de la pareja, pedirle que haga esas pequeñas cosas que nos ayudarán a mantener esta “dieta” a raya.
• Hacer explícito lo que posiblemente era implícito. La experiencia nos demuestra que la mayoría de las parejas dan por hecho que la otra persona entiende lo mismo que ellos sobre qué es una infidelidad, y no siempre es así. Hay que negociar y pactar cómo queremos llevar la relación, donde están los límites, qué entendemos por infidelidad…
• Recuperar o crear espacios de intimidad en pareja. ¿Qué cosas les gustaba hacer y ya no hacen? Es un buen momento para recuperar aficiones compartidas y momentos lúdicos en pareja: ir al teatro, a cenar, a bailar, etc. Buscar espacios de intimidad.
• El perdón. Muchas parejas quedan encalladas en este momento, porque es uno de los más complicados. Un perdón real no puede ir acompañado de una penitencia eterna a la persona que ha sido infiel.
En resumen, es muy importante para poder recuperar la confianza después de una infidelidad fomentar la comunicación en la pareja. No dejar cosas en el aire, hablar de los miedos, de las dudas… La infidelidad es una de las situaciones más complicadas que puede vivir una pareja, y muchas veces todo este proceso es difícil de llevar solo, la ayuda profesional puede ayudar a llegar a un perdón real reconstruyendo la confianza perdida.