Con el verano y el calor, nos invade el miedo a que se repita la epidemia de dengue del año pasado. Pero -al menos por ahora- los casos son muchos menos. “Estamos bien. No hay circulación del virus en la Argentina”, confirma a Clarín Jorge San Juan, director de epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación. Sin embargo, aseguran que no hay que bajar la guardia porque el alerta está puesta para febrero y marzo, cuando los turistas regresen de sus vacaciones.
“Estamos bien a comparación del año pasado. Epidemiológicamente es así: después de una gran epidemia como la que tuvimos (con casi 70.000 casos, 41.000 confirmados, y 11 muertos) luego viene un año de calma, donde puede haber casos aislados”, subraya San Juan. Este ciclo se ve en todo el mundo y consiste en: alrededor de cinco años de calma, un año de epidemia, y vuelta a unos cinco años de calma. Se debe al tiempo en que tarda la gente en quedarse tranquila, dejar de preocuparse y de limpiar sus casas. “No se hacen los deberes”, grafica el doctor. También influyen otros factores, como las condiciones climáticas.
“Igualmente, ahora es temprano. El año pasado se adelantó muchísimo. Empezamos con casos en noviembre del 2015, y para diciembre y enero del 2016 ya teníamos alrededor de 1.000 o 2.000 casos. Si comparamos eso, estamos muy bien”, suspira el funcionario. ¿Por qué el año pasado fue tan fuerte? Él atribuye dos motivos. Primero, considera que no hubo mucha acción de limpieza, ni operativos de prevención. Segundo, por el ciclo del dengue: la última epidemia fue en 2009 y –como se repiten cada 5 o 6 años– volvió a fines de 2015.
Consultado por la gran cantidad de turistas en Brasil –donde este verano esperan a más de 1,5 millón de argentinos– respondió que allá “no hay en estos momentos gran cantidad de casos”. Sin embargo, reconoció que “por supuesto a la vuelta puede haber algunos de los casos que llamamos ‘importados’”. Son los traídos por quienes visitan países limítrofes endémicos -que tienen dengue todo el año- como Brasil, Bolivia y Paraguay. “Esto aumentaría la posibilidad de casos. No es una regla, pero siempre puede venir algún infectado”, dijo.
A nivel nacional, desde abril hubo un compromiso con las provincias para tener “semanas de acción” contra el mosquito aedes aegypti. Por su parte, Ciudad y Provincia de Buenos Aires presentaron el viernes un operativo conjunto. Ambos gobiernos coordinarán las acciones de prevención y concientización, el intercambio de prácticas, y el control de las enfermedades. Además, seguirá el trabajo de vigilancia epidemiológica.
La gobernadora María Eugenia Vidal destacó que los registros actuales son mejores que los del año pasado y señaló que “lo importante es que empezamos a trabajar en invierno, cuando nadie hablaba de dengue, ni de zika, ni de chikungunya”. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, agregó que están trabajando en la cuenca Matanza-Riachuelo -una zona muy riesgosa.
“No nos tenemos que olvidar del zika y del chikungunya”, subrayó San Juan. “Vamos a ver qué pasa, estamos preparando todo para el zika”, señaló. Incluso, dijo que este año el riesgo de zika “puede ser” mayor al del dengue. “Nosotros tuvimos poco zika a comparación de otros países. Solo 24 casos en junio y julio, cuando países como Brasil y Colombia hablaban de dos millones. Pero este año estoy expectante. Estamos preparando cursos para los ecografistas e información para que en todas las provincias haya algún referente”, contó San Juan. El zika puede producir microcefalia en los fetos de las mujeres embarazadas.
Consultado sobre la información que circuló de que se encontraron huevos de mosquitos de dengue en el hospital porteño Tornú, San Juan explicó que “generalmente todos los años los hospitales como el Muñiz y el Tornú –que son pabellonados, con una arquitectura francesa, y que tienen verde– algunas irregularidades en las raíces de los árboles arman como huequitos y ahí casi siempre todos los años se encuentran huevos. Han quedado huevos y no se han limpiado esos lugares”.
Por: Vanesa López