Designated Survivor, la nueva serie de ABC que se estrenará el domingo en la Argentina a través de Netflix (a razón de un episodio nuevo por semana), narra la vertiginosa historia de un presidente inesperado en medio del Apocalipsis.
Cuando a Tom Kirkman ( Kiefer Sutherland ) le toca ser “el sobreviviente designado”, no puede recibirlo más que como otro alejamiento del gabinete al cual pertenece. El secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos se había encontrado con el presidente esa misma mañana y éste le había ofrecido trasladarlo a una embajada (la versión amable de “estás despedido”). Por ello, cuando le toca ese extraño rol de mantenerse ajeno (y a salvo) de una reunión de los ministros y personalidades de la política norteamericana en el Congreso solo por si sucede alguna tragedia demencial, se imagina reorganizando su vida familiar por completo.
Pero el protagonista de 24 no está para salas de esperas. Lo suyo son las misiones imposibles. En un abrir y cerrar de ojos sucede lo impensable: el peor ataque terrorista después del 11/9: una explosión vuela el Capitolio, sede del Congreso, y la administración completa queda sepultada bajo sus escombros. El funcionario despedido por la mañana cierra ese aciago día jurando en jogging como el nuevo presidente de los Estados Unidos.
En una forzada carrera, a la vez de velocidad y de obstáculos, Kirkman no solo debe ponerse al mando, sino que debe hacerlo con un país en llamas, aterrorizado, iracundo y guardando luto. A Sutherland le toca una vez más salvar el día, solo que esta vez deja el chaleco antibalas (aunque no siempre) y lo hace desde el Salón Oval.