“Casi arreglado: habrá fútbol”. La frase proviene del corazón del Comité de Regularización que gobierna la AFA. El ascenso, que estaba en pie de guerra, pidió la sala donde se realizan las reuniones de comité ejecutivo, para sortear sus torneos el próximo martes. La primera división, por su parte, se reunió ayer en las oficinas de Rodolfo D’Onofrio (presidente de River) y allí quedaron expuestas sus intenciones: ni Boca ni River quieren postergar el inicio de la temporada, programado para el 19 de este mes.
En ese cónclave se deslizó la posibilidad de que el Gobierno vuelva a pagar $300 millones en septiembre y una cifra similar en octubre. En total, $900 millones entre agosto y octubre. Ese monto serviría para financiar a las alicaídas tesorerías de los clubes, y se podría empezar a hacer frente a los compromisos incumplidos. La disyuntiva, entonces, involucra a los últimos dos meses de este año. “La AFA está buscando dinero a través de líneas de crédito garantizadas por ingresos genuinos”, confió una fuente al tanto de lo que ocurre en el edificio de la AFA. Una idea es gestionar un crédito del Banco Nación por el equivalente a esos dos meses en los que no recibirá un centavo por los derechos de TV.
A partir del lunes, dirigentes de los clubes más importantes mantendrán reuniones diarias con sus colegas de instituciones más chicas. Pretenden convencerlos de que “parar el fútbol no le conviene a nadie”. River y Boca entienden que el producto se desprestigia. Y ellos, en particular, pierden varios millones de pesos si no abren sus estadios para recibir a sus hinchas. Para la mayoría de sus rivales, la ecuación es opuesta: quedan en rojo cada vez que abren las puertas de sus canchas. Para estos equipos, la TV tiene un impacto mucho mayor que para los grandes. Para estos equipos, un atraso es sinónimo de deuda con sus empleados; con sus planteles.
En la semana, Armando Pérez, presidente del Comité de Regularización que gobierna la AFA, les había ofrecido a los clubes de ascenso $35 millones del contrato de Torneos (desde este año la empresa televisa la B Metropolitana y la B Nacional) para incrementar la cifra que reciben por mes. Ese dinero debía repartirse entre todas las categorías del ascenso. “Ese número no mueve la aguja”, señaló uno de los asistentes a la reunión en la que Pérez hizo la oferta. Sin embargo, el empresario cordobés se salió con la suya: hubo discusiones entre los dirigentes, que hasta hace unos días estaban unidos. “Consiguió lo que quería: dividirnos”, asumió otro de los asistentes. A partir del lunes, la AFA entrará en una semana decisiva para saber si habrá fútbol. O habrá paro. Nada menos.
