Al cartón le sucede como al elefante que Antoine de Saint-Exupéry imaginó dentro de una boa en El principito: está compuesto de algo dentro de otro algo, en este caso, de una ondulante serpiente de papel que se desliza a través de dos paredes de un papel más firme. Y aunque la receta del cartón es mucho menos poética que la obra pergeñada por el escritor y piloto francés, este producto hecho a base de pulpas vegetales no se queda atrás en trascendencia. El cartón se disputa con el plástico el título al embalaje más universal en el comercio de bienes. Solo en 2015, según la Asociación Española de Fabricantes de Envases y Embalajes de cartón ondulado, consumimos una media de 55 kilos de cartón para envases por habitante.
¿QUÉ NECESITAS?
Esto es lo que puedes hacer con una caja de huevos usada
Hueveras de cartón
Un palo o vara de madera
Anillas
Tijeras
Cúter
Hilo o cordel
Vino
Un recipiente
Este material es protagonista en el empacado actual de casi cualquier producto electrónico, y su uso se extiende al sector agrícola, alimentario e industrial. Entre 2004 y 2014, según Eurostat, la fabricación de cartón creció un 10,7% en España. La asociación de productores de papel y cartón Aspapel, por su parte, cifra las subidas de consumo de cartón entre el 7 y el 38% desde el año 2000 según la variedad contemplada.
El año pasado cada español tiró al contenedor de reciclaje azul una media de 15,1 kilos de envases de cartón y papel, en datos de la gestora Ecoembes. Envases contabilizados como recuperados y reutilizados. Pero el cartón, que fundamentalmente se compone de fibras obtenidas del tronco del pino, no es un material infinitamente recuperable, aún siendo reciclable en su totalidad. Para que no pierda propiedades habrá que añadir nueva fibra virgen en los sucesivos reciclados, es decir, habrá que talar nuevos árboles para mantener su calidad.
Por eso, cuando estés a punto de lanzar esa huevera gris vacía al fondo del cubo de basura, piensa en darle una nueva utilidad: ahorrarás recursos y salvarás vidas vegetales.