Descongelamiento del glaciar Totten abre nuevas hipótesis sobre el futuro de la Antartida

El glaciar Totten está ubicado al sur de Australia, relativamente cerca de una de las bases de operaciones australianas en el continente helado, la estación Casey.

Instituciones científicas de Australia y Estados Unidos han confirmado el descongelamiento acelerado de una de las mayores masas heladas de la Antártida oriental, el glaciar Totten.

El estudio que corrobora esta preocupante información ha sido publicado en la más reciente edición de la revista Science Advances y revela su inestabilidad, en una región que aloja la masa helada más grande del planeta.

El resumen de la investigación pertinente, firmado por Chris Mooney, sostiene que “los resultados ratifican lo más temido por los científicos involucrados: Totten se está derritiendo desde abajo”.

Los investigadores han sido comandados por el especialista Stephen Rintoul, miembro de la universidad de Tasmania, e hicieron amplias mediciones en la profundidad de diez puntos distintos del flotante glaciar.

En los mapas respectivos, el glaciar Totten está ubicado al sur de Australia, relativamente cerca de una de las bases de operaciones australianas en el continente helado, la estación Casey.

Los expertos verificaron que el glaciar pierde anualmente millones de toneladas de hielo a razón de 10 metros por año, reducción ya corroborada previamente por mediciones satelitales.

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Las mediciones de la temperatura de las aguas respectivas fueron cotejadas al borde del glaciar hasta un kilómetro de profundidad y allí se verificó una circulación promedio de 220 mil metros cúbicos de agua por segundo.

Pero nada de ello, aseguraron, contribuye –por ahora– a la elevación del nivel de los mares, porque la masa del Totten ya se encuentra en estado flotante.

Otros estudios realizados en años anteriores llegaron a sostener que el deshielo total del Totten podría elevar más de tres metros el nivel de los mares, pero ello se mantiene a nivel conjetural.

El foco central de las exploraciones está puesto en las depresiones del fondo marino, zonas que permiten que las aguas cálidas ingresen debajo de la masa de hielo flotante, socavándola así progresivamente.

Don Blankenship, glaciólogo de la universidad de Texas, explicó que “la placa helada se está adelgazando porque el océano está aportando allí aguas más cálidas, algo que ya se ha constatado en mediciones efectuadas en la Antártida occidental”.

La medición del agua cálida que socava la base del Totten ha sido hasta la fecha una pieza faltante en las exploraciones profundas, pues antes se creía apenas en la posibilidad de bajas filtraciones líquidas desde abajo.

Ahora, las nuevas mediciones han permitido confirmar la presencia de aguas cálidas por debajo de aguas más frías, y algo más: los valles del fondo marino conectan dichas aguas profundas con las corrientes cálidas costeras.

Nunca antes se había comprobado semejante condición inestable submarina, y se suponía que la Antártida oriental poseía una estabilidad ausente en la Antártida occidental.

Eric Rignot, glaciólogo de la NASA, ha comentado: “Una cosa es encontrar sendas potenciales para que las aguas cálidas se filtren en las cavidades profundas del glaciar, y otra es verificar que eso está ocurriendo en realidad”.

Hoy, las imágenes fotográficas submarinas muestran un paisaje previamente desconocido debajo del glaciar Totten: señalan depresiones en el fondo marino lo bastante profundas como para permitir que el agua cálida ingrese por debajo de la masa flotante.

El profesor Rintoul y sus colegas, a bordo del navío gubernamental Aurora Australis, ha estado navegando por los bordes del glaciar Totten desde enero de 2015, pero nunca antes habían podido detectar la presencia de aguas cálidas en las cavidades máximas del glaciar.

Ello abre una vasta gama de suposiciones, pues las fotos profundas revelaron en dos puntos la presencia de cañones excavados en los hielos, midiendo entre 600 y 800 metros de diámetro.

El observador Mooney aportó: “Es en esos profundos cañones submarinos donde las aguas cálidas están socavando la base del glaciar Totten, liberando millones de litros de agua antes fijadas como hielo.”

Y añadió: “En verdad, llamarlas ‘cálidas’ es inadecuado pues están apenas por debajo del índice de congelamiento, pero sabemos que la presión submarina profunda la hace fluir con capacidad para disolver los hielos existentes”.

El glaciar Totten posee una longitud de 65 kilómetros y un ancho de 30 kilómetros, y abundan las hipótesis sobre su futura desaparición por descongelamiento.

Los expertos suponían que la capa de hielo de la Antártida oriental se hallaba rodeada por agua fría y se mantenía de modo relativamente estable en comparación con la capa de hielo de la Antártida occidental (más pequeña), que pierde anualmente más de 150 kilómetros cúbicos de hielo.

No obstante, los más recientes datos satelitales han demostrado que el glaciar Totten también se está achicando considerablemente, por cual se multiplica el accionar de equipos de científicos de Estados Unidos, Australia y Europa.