Cada persona tiene un estilo de decoración y, por lo general, es coherente con los rasgos salientes de su personalidad. Por eso, mencionamos cuatro estereotipos muy populares para que identifiques el tuyo y, así, puedas chequear si la decoración de tus ambientes coincide con vos:
Extrovertida-Divertida-Sociable
Todo vale y cuánto más se mezcle, ¡mucho mejor! Usás muchos colores y no le temés a la combinación de estilos: sabés encajar el pop con el retro. Tampoco te asusta la mezcla de estadios de la vida, porque tenés toques infantiles y adolescentes. Sos una fanática del cambio y de recibir a una enorme fila de invitados. Por eso, tenés muchos muebles y objetos destinados a brindar confort a las visitas.
Tímida-Solitaria-Intelectual
Te esforzás por darle a tu espacio una atmósfera “mono”: sin mezclar texturas, ni estilos, ni colores. En tanto, el mobiliario que elegís para vestir tu casa debe cumplir una estricta función de confort individual. Los objetos decorativos tendrán que transmitir un por qué, una función: “¿Para qué voy a poner velas si no las encenderé jamás? Mejor será colgar un LCD…”
Bohemia-Ecológica-Tranquila
Te distinguís por la mezcla de estilos antiguos pero muy por fuera de lo previsto. Por ejemplo, en tu living podemos encontrar un mueble francés antiguo al cual “convertiste” cambiándole el lustre por un patinado. Siempre proponés desestructurar a través de la convivencia de sillas de diferentes estilos y colores, de la chapa con el vidrio y de la tela sedosa con la arpillera. Tu casa parece la de una artista plástica.
Analítica-Determinada-Clásica
Te destacás por observar los detalles en todo. Cada elemento decorativo tiene un eje simétrico y respeta una organización minuciosa. Los colores deben cumplir una línea exacta de tono y las telas tienen que respetar un composé. En cuanto a la elección de mobiliario y de objetos, sos la más tradicional de las cuatro.
Por todo esto, es esencial detectar si la decoración que te rodea todos los días coincide con tu personalidad. Muchas veces, sin darnos cuenta, un diseño decorativo puede provocarnos angustia, mal humor o desarmonía. Ahora sabés por qué.
Por la arquitecta María Teresa París, directora del Centro de Enseñanza de Decoración & Oficios (CEDO)